Las oficinas unipersonales que tiene el BBVA en España tienen los días contados, al menos las que están cerca unas de otras. La entidad, que en nuestro país dirige Peio Belausteguigoitia, ha llevado a cabo una prueba piloto en seis pares de mini sucursales consistente en cerrar una de las dos en días alternos, de tal manera que la abierta ya no tiene sólo un empleado, sino dos: el titular y el de la mini oficina cerrada.

Naturalmente, la prueba se ha realizado con oficinas cercanas entre sí, esto es, separadas por alrededor de 500-700 metros, y con un nivel de transaccionalidad muy bajo. ¿Por qué no cerrar definitivamente una de las dos sucursales? Se trata de una prueba piloto y no se descarta ninguna alternativa.

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Precisamente, una de las quejas que los sindicatos mostraron en la última Junta de Accionistas, fueron estas oficinas y las malas condiciones en las que trabajan esos empleados. Sin embargo, Belausteguigoitia, que este miércoles participó en el curso organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), junto a la UIMP, en Santander, evitó pronunciarse acerca de la situación de desánimo y malestar de la plantilla del banco en España, principalmente la que trabaja en red y se limitó a admitir que conoce “muy bien” su trabajo y las condiciones en las que lo desarrolla.

Sea como fuere, aseguró que en la estrategia del banco no está cerrar más oficinas, al menos en el corto y medio plazo. ¿No es genial?