La nota oficial del BBVA debe leerse sin prisa, que tiene su enjundia: a ver si va a resultar que Carlos Torres es lobo disfrazado de cordero... o cordero que de vez en cuando se disfraza de lobo para sorprender al enemigo y asombrar al amigo.

Salen del Consejo: José Maldonado Ramos y Pi Llorens. Entran Cristina de Parias y, la entrada más relevante, y más peligrosa: Enrique Casanueva. Como diría don Ricardo de la Cierva: ¡Qué error, qué inmenso error, señor Torres!

Vamos con las salidas: tan sólo días después de concluida la larguísima instrucción del sumario BBVA-Villarejo, Carlos Torres saca del Consejo de Administración a José Maldonado, la mano negra de FG, su mentor y ahora encarnizado enemigo. Maldonado no sólo fue secretario del Consejo del BBVA, sino el abogado personal de FG (y créanme: si algo necesitaba FG, de siempre, era un buen abogado), el que llevaba los trabajos más peligrosos para salvar a don Francisco González de cualquier peligro.

La vida es una casualidad. Por ejemplo, porque Luis del Rivero ha pretendido, y por ahora no ha conseguido, que Maldonado testifique a lo largo de la instrucción del juez García-Castellón, hoy tan de moda, en el sumario BBVA-Villarejo, y aún podría re-pedirlo en el juicio oral, si así lo acepta la sala.

Y ahora resulta que, en pleno interregno judicial, a la espera del auto de transformación del caso Villarejo-BBVA, en el momento procesal oportuno, Maldonado sale del Consejo. Y no lo ha hecho a lo largo de un lustro de instrucción... ¡mirá vos! Está claro que Torres ha matado al padre, a FG. Algunos piensan que a lo mejor debió matarle antes. En cualquier caso, no hace bonito fagocitar a quien te ha hecho presidente. González seguirá calificando a su sucesor, Carlos Torres, como un "contable de tercera división".

Sale del Consejo, también, Pi y Llorens, quizás porque el que fuera número uno de IBM en España es, ante todo, un informático... y el BBVA ya ha consolidado su imagen de banco digital para entrar en el horizonte, no menos brillante, de la sostenibilidad.

Pero las entradas tienen aún más significado que las salidas. Sobre Cristina de Parias: seguramente podría haber llegado a CEO de BBVA de no ser por los celos que se tenía con Carlos Torres, que siempre ha sabido que podía haber ocupado su cargo como CEO de BBVA, desde donde saltó a la Presidencia. De Parias procede de Argentaria, no fue bien recibida por los BBVA pero sí por FG. Recuerden: FG, tras un pulso con el BCE, dejo su sillón a Torres. como presidente, y este cerró el paso a Parias nombrando a un turco, un tal Onur Genç, una especie de nota de color y, sobre todo, un representante y subordinado de uno de nuestros peores ciudadanos, un tal Recep T. Erdogan.

Dice que Torres es un ingenuo: no lo debe ser tanto, cuando se quita de enmedio a Parias con una elegante patada hacia arriba, hacia el Consejo. En el historial del BBVA no existen mucho ejemplos de ejecutivos elevados a consejeros.

En cualquier caso, la opción consejera con peso propio y ya jubilada como ejecutiva, es otra forma de mantener a raya a sus dos principales enemigos en el Consejo: Jaime Caruana y José Manuel Andrés Torrecillas. A los dos les pesa ya la edad como para sentirse sustitutos de Torres pero, ojo, han aspirado, sobre todo Caruana, a serlo en un pasado reciente. El siguiente paso de Torres será jubilar, en 2025 a ambos por razones de edad.

Pero sin duda lo más relevante, y el mayor fracaso de Carlos Torres, es la entrada en el Consejo del sinuoso Enrique Casanueva, un banquero de inversión, hombre de la peligrosa cantera de JP Morgan y mano derecha de Emilio Saracho.

Sí, fue Emilio Saracho, quien contra toda buena práctica comercial sobre libre concurrencia, abusó de su condición de presidente del Banco Popular para confiar a su amigo y subordinado reciente, Enrique Casanueva, la venta del Banco Popular a su competidor: el Santander.

Venta fallida porque, con buen criterio, Ana Botín apartó del proceso - ya no eres interlocutor válido, Emilio- a Saracho y, con ello, a su monaguillo, Enrique Casanueva. Con toda lógica: si  Europa iba a regalarle el Popular por un euro, ¿para qué necesitaba los buenos oficios de Saracho? Para nada.

Y en Hispanidad ya hemos explicado que el BBVA, con FG al frente, era quien estaba dispuesto a pagar más de 4.000 millones por el Banco Popular, pocos meses antes del fatídico 7 de junio de 2017.

Casanueva recibió de Saracho el mandato de venta del Popular desde su cargo de JP Morgan España, jugando a que 'el Popu' no valía nada, estaba quebrado, para así venderlo a bajo precio al Santander... ¡y por encargo pagado del mismísimo presidente del Popular!, un verdadero infiltrado de quinta columna.

Pues bien, es ahora Casanueva quien se convierte en consejero del BBVA. Espero que ahora no considere que el BBVA tampoco vale nada y que debe ser comprado por el Santander, previo encargo de la venta a JP Morgan, con el cobro de la correspondiente comisión. ¿O es que JP Morgan no cobró por el encargo, fallido, de Saracho en el caso del Popular y no es el mismo JP Morgan el que dejó salir a Saracho -y luego a Casanueva- con una indemnización de más de 80 millones de euros? Y hablando de indemnizaciones ¿cuánto cobró Casanueva por su salida de JP Morgan? Me gustaría saberlo.

En cualquier caso, ¿qué pinta un banquero de inversión, un especulador nato, en un banco como el BBVA, en el que más de la mitad de los ingresos proceden de su filial mexicana donde no se hace banca de inversión alguna sino que se practica, y no mal, la banca doméstica de toda la vida?

Señor Torres, ¿a usted quién le aconseja sobre los nuevos consejeros?