Hablamos de la caradura imparable de Mark Zuckerberg, que quería convertirse en ‘banco central’ y ahora llegan más detalles. Y es que el fundador y CEO de Facebook parece que quiere resucitar el patrón oro lanzando Libra, una criptomoneda respaldada por una serie de activos, pero que sigue sin tener referencia de soberanía porque no manda en ningún Estado.

A diferencia del Bitcoin, Libra tendrá el respaldo de una reserva compuesta por activos de baja volatilidad. En concreto: depósitos bancarios, deuda soberana (de países con Gobiernos estables con baja probabilidad de quiebra y de experimentar una alta inflación) y monedas emitidas por los principales bancos centrales del mundo (como el dólar, la libra esterlina, el euro o el yen). Libra no estará del todo ligada a estas divisas, sino que tendrá tasas de cambio variables.

“El Bitcoin es muy volátil, lo que la hace perfecta para gente que quiere usarla como un activo de inversión, pero nosotros queremos una divisa de baja volatilidad que la gente pueda usar en su día a día” han asegurado a EFE fuentes de Facebook. De hecho, quiere facilitar el intercambio de dinero en el mundo en desarrollo, porque 1.700 millones de personas (31% de la población mundial) no tienen cuenta bancaria, y las transferencias globales de forma sencilla y con bajas comisiones. Zuckerberg ha afirmado que ha llegado la hora del “Internet del dinero”, pues considera que “debía ser tan fácil enviar dinero por la red, como lo es mandar una foto”.

Pero Facebook no está solo en el lanzamiento de Libra. Sus cómplices son varias empresas, entre ellas: Visa, Mastercard, Vodafone, PayPal, eBay, Spotify, Uber, Lyft, Booking Holdings (propietaria de Booking.com, Priceline.com y Kayak.com) y la firma argentina de comercio electrónico Mercado Libre. Además, Zuckerberg integrará la nueva divisa en WhatsApp y Facebook Messenger para transacciones entre particulares y compras en establecimientos, y… si logra tener tanto éxito como en estas redes sociales, lograría un alto poder liberatorio de deuda. En otras palabras, que su moneda sea aceptada en muchos comercios. Un éxito, sin duda que el rentabilizará, sea via publicitaria o mediante una comisión.

Por el problema sigue siendo el mismo: ¿quién responde por la moneda de Mark? Nadie.