• Es la primera 'mordida' a sus resultados por el fraude en el 'software' para engañar en las emisiones de gases.
  • Pero el coste final de la trampa, entre reparaciones e indemnizaciones, rondará los 35.000 millones, equivalentes a su valor en bolsa.
  • El grupo ha provisionado 6.700 millones en el tercer trimestre, que recortan un 54% beneficio anual (3.990 millones).
  • El presidente ejecutivo, Matthias Müller, insiste: "Haremos todo lo posible para recuperar la confianza perdida".
  • La escándalo se investigará también en la Audiencia Nacional: el juez cita a declarar al grupo para el 10 de noviembre.
Ya conocemos el primer impacto contable en Volkswagen (otra cosa es la pesada losa que arrastra en imagen) tras el escándalo por la manipulación en las emisiones de gases de sus vehículos. Pueden verlo de dos modos, como una mordida en toda regla al beneficio o como las primeras pérdidas trimestrales en 15 años. Lo único, claro, en forma de enigma, es el tiempo que tardará en recuperarse del fiasco. El grupo alemán ha perdido 1.673 millones de euros en el tercer trimestre, frente a las ganancias de 2.971 millones en el mismo periodo de hace un año. Es la consecuencia de una provisión de 6.700 millones para empezar a hablar, como quien dice, de reparaciones e indemnizaciones por sus 11 millones de vehículos bajo sospecha. El grupo ha añadido finalmente 200 millones más a esa partida. Este miércoles, precisamente, se le ha abierto otro frente en España, con la investigación que emprenderá el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno tras las querellas presentadas contra el grupo. El magistrado ha citado a VW para el próximo 10 de noviembre. La investigación se une a la puesta en marcha en otros países, cuyo desenlace pone en cuestión la propia supervivencia del grupo. Los analistas no se ponen de acuerdo en el coste final que tendrá que encajar el grupo por el escándalo, entre 35.000 y 50.000 millones de euros. Es un futurible de la particular travesía en el desierto que le espera. Sobre todo, si tenemos en cuenta que la capitalización bursátil de VW supera por poco los 36.000 millones en estos momentos, un 20% por debajo de hace un mes. Las cuentas del tercer trimestre, que recortan un 54,1% el beneficio desde enero (3.990 millones), no recogen todavía el impacto próximo en la fabricación y venta de vehículos. El año pasado ganó 12.700 millones. A la espera de lo que venga, Volkswagen, de momento, mejora un 8,5% su cifra de negocio hasta septiembre (160.263 millones de euros) y ha vendido 7,44 millones de vehículos, un 2,7% menos. Pero en el tercer trimestre esas dos referencias se recortan, no tanto como se esperaban, aunque ya avanzan un tramo final de año complicado. En concreto, la cifra de negocios aumentó un 5,3% (51.487 millones) y las ventas de vehículos se redujeron un 3,7%, hasta 2,35 millones de unidades. Esta es la realidad. Otra cosa es que los directivos de la compañía, con su presidente ejecutivo al frente, Matthias Müller (en la imagen), intenten poner la mejor cara. "Haremos todo lo posible para recuperar la confianza perdida", ha dicho este último tras reconocer la compleja situación por la que atraviesa VW, en paralelo a la fortaleza del grupo. Se ha pronunciado en la misma línea el director de marca VW, Herbert Diess, en el Salón del Automóvil de Tokio. "Pido sinceras disculpas en nombre de toda la compañía", ha dicho, consciente, como el resto de la cúpula, de lo que se juega el grupo en el mercado asiático (especialmente en China) para sostener las ventas. Aunque ya ha dicho adiós al viejo sueño de superar a Toyota como número uno. Rafael Esparza @esparza_rafa rafael@hispanidad.com