Está siendo un ejercicio complicado para Vodafone España. A la decisión de abandonar los contenidos de fútbol se une la bajada de tarifas para acomodar las ofertas de la compañía a la competencia. Y no estamos hablando de 'low cost', sino de todo lo contrario: del segmento de alto valor.

En resumen: los ingresos cayeron un 3,2%, hasta los 2.421 millones de euros; los ingresos por servicios fueron un 4,7% inferiores a los de un año antes y no superaron los 2.205 millones, y el Ebitda se redujo un significativo 27%, hasta los 542 millones de euros. Todo esto acompañado de la pérdida de 118.000 clientes de banda ancha fija y 98.000 de televisión. El número de clientes de móvil, sin embargo, aumentó en 35.000 desde abril, a pesar de la pérdida de 106.000 clientes durante el segundo trimestre (julio-septiembre).

Todo el sector está pendiente de la operación ‘divorcio’ entre las telecos y sus redes

Precisamente, fue en verano, y hasta las primeras semanas de octubre, cuando Telefónica lanzó toda su artillería comercial para captar a los clientes de fútbol de Vodafone. “La agresividad del principal operador ha estado por encima de lo esperado”, declaró este martes el CEO de Vodafone España, Antonio Coimbra, durante la presentación de resultados. Nadie esperaba una campaña tan brutal y, sobre todo, tan directa para captar a los clientes de fútbol de Vodafone. Y ojo, porque en la compañía británica dudan de que Telefónica pueda rentabilizar el millonario desembolso que ha realizado para hacerse con los derechos del fútbol: unos 4.500 millones de euros (1.080 millones por tres temporadas de la Champions -2018 a 2020-, y 3.420 millones por la competición nacional entre los años 2019 y 2021).

En cualquier caso, la pérdida de 66.000 usuarios de televisión del segundo trimestre, entra dentro de lo estipulado por la compañía, que tiene 1,2 millones de clientes de TV. Una caída que ya se ha frenado pero que podría volver a suceder el próximo verano, cuando Vodafone deje de ofrecer, incluso, los ocho partidos de Liga que aún mantiene en su oferta. En cualquier caso, lo peor ya ha pasado. “Estamos muy bien preparados para afrontar el futuro”, aseguró Coimbra.

Más allá del fútbol, el sector está pendiente de la operación ‘divorcio’ entre las telecos y sus redes, una operación que ha cobrado actualidad después del anuncio que ha realizado este martes el CEO del grupo Vodafone, Nick Read. El plan consiste en la creación de una nueva sociedad que agrupe la red que posee la teleco, fundamentalmente en Europa. Sería la Telxius de Vodafone. Estamos hablando de más de 50.000 torres, de las que 9.000 están en España. El futuro de esta nueva sociedad se desvelará en mayo. Todas las opciones están abiertas: desde la entrada de un socio -como en el caso de Telxius- hasta la salida a bolsa o la venta total del negocio.

Vodafone España paga más de 200 millones de euros al año en tasas, al margen del impuesto de sociedades

Sea como fuere, ese parece ser el futuro del sector, sobre todo teniendo en cuenta las elevadas inversiones en redes que requerirá el 5G: por un lado, compañías dedicadas exclusivamente a las infraestructuras (redes móviles, fibra…) y, por otro, las telecos tradicionales que alquilen esas infraestructuras.

Un asunto que preocupa a Vodafone España y del que habla poco: la fiscalidad. Oiga, y no es un tema menor: cada año, la teleco paga más de 200 millones de euros por tasas de ayuntamientos, Comunidades Autónomas y el Estado, algunas inimaginables. Por ejemplo, la tasa para financiar RTVE, tasas ecológicas, por las antenas, etc. Y lejos de disminuir, la cifra aumenta cada año. ¡Ah! Y eso, al margen del Impuesto de Sociedades que pagan todas las empresas. Vodafone reconoce que España es un caso único: en ningún país tiene que pagar tanto ni existen tantas tasas ni tan variadas.

Coimbra reconoció conversaciones con el Gobierno -como hicieron con el anterior Ejecutivo- pero que, de momento, no han recibido ninguna respuesta. “Por ahora nos escuchan amablemente, pero nada más”, sentenció.