Polonia y Hungría no se acobardan y se hacen valer dentro de la Unión Europea, pues se han atrevido a vetar el Presupuesto europeo para el periodo 2021-2027, el cual debe ser aprobado por unanimidad. Y ojo, porque este incluye el Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros, de los que, por ejemplo, a España le corresponderán 140.000 millones.

Dicho veto ha sido la forma de protestar por el mecanismo sobre el Estado de Derecho, que examinará la “calidad democrática” de los estados miembro… y permitiría bloquearles fondos si no respetan los tratados europeos. El veto se ha producido en una reunión de los representantes permanentes ante la Unión Europea este lunes, pero no ha supuesto una sorpresa: hace unos días, los primeros ministros de Polonia y Hungría, Mateusz Morawiecki y Viktor Orban, enviaron una carta a la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, mostrando su rechazo al acuerdo que vincula fondos europeos al Estado de derecho y anunciando sus intenciones para frenar lo que consideran un ataque a la soberanía nacional. Este lunes, se han materializado dichas intenciones en el citado veto y es muy probable que el tema se vuelva a tratar en la cumbre telemática de jefes de Estado y de gobierno comunitarios del próximo jueves prevista para abortdar el coronavirus. 

“Hungría ha vetado el presupuesto, como había advertido el primer ministro (Viktor) Orbán, porque no podemos apoyar el plan en su forma actual para vincular los criterios de Estado de Derecho a las decisiones presupuestarias. Va en contra de las decisiones del Consejo de julio”, ha señalado Zoltan Kovac, portavoz de Orban, en Twitter. “Es un intento por crear un mecanismo político a través del cual algunos países de la UE podrían intentar presionarnos, algo que no aceptaremos”, ha añadido Michal Dworczyski, jefe de gabinete de Morawiecki. 

Conviene recordar que Polonia y Hungría son dos países valientes en cuestión de principios, pues defienden la vida y la familia natural, no como el resto de Estados miembro. Algo que no pueden tolerar en la progre UE y de hecho, recientemente la propia Ursula von der Leyen les ha criticado por oponerse a los dictados del lobby LGTBI. Además, no hay que olvidar que forman parte de la alianza conocida como grupo de Visegrado, junto a República Checa y Eslovaquia, cuatro países excomunistas que no dicen 'amén' a todo lo que Bruselas dicta -sobre todo, los dos primeros-.