La ‘tasa Google’ ha vuelto este miércoles a la actualidad parlamentaria: España persiste en no esperar a que la OCDE o la UE aprueben un impuesto de este tipo, y por ello afronta la amenaza de nuevos aranceles por parte de EEUU, que podrían ser de entre 700 y 900 millones de euros. Por lo tanto, se acercarían a la cifra que el Gobierno prevé recaudar con dicha tasa: 968 millones.

Es cierto que el Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales (‘tasa Google’) es justo y es un primer paso para que las las compañías paguen impuestos donde generan beneficios, aunque quizá el momento (en plena crisis sanitaria y económica del coronavirus) no sea el más conveniente. Eso sí, es un pequeño primer paso porque sólo afectará a empresas que ingresen, al menos, 750 millones al año en el mundo y más de 3 millones en España, gravando el 3% de los servicios de publicidad y de intermediación en línea, la venta de datos generados a partir de información dada por el usuario y la venta de metadatos.

España no es el único país que avanza en la implantación de la ‘tasa Google’. Francia mantiene su intención de aplicar la ‘tasa GAFA’ (en clara referencia a Google, Amazon, Facebook y Apple, aunque afectará a muchas otras) con la que espera recaudar unos 650 millones. Eso sí, afronta una amenaza de aranceles de EEUU más elevada que la española: de unos 1.150 millones. El ministro de Finanzas galo, Bruno Le Maire, ha culpado a EEUU del bloqueo en la OCDE, país que rompió las negociaciones el pasado junio: “Está muy claro, EEUU no quiere una tasa digital”, pese a que “el trabajo técnico está hecho”. Por su parte, el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, señaló hace un mes a la CNBC que la UE prepara su propuesta para el año que viene “si no logramos resultados a nivel mundial” y con dicho gravamen prevé recaudar unos 6.000 millones al año. Y recientemente, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que no se escatiman esfuerzos para alcanzar un acuerdo en el marco de la OCDE o el G20, pero aclaró que si no se logra un acuerdo internacional este año, la UE aprobará una propuesta propia a principios de 2021.

Este miércoles, el Senado ha dado su sí a la ‘tasa Google’ y también a la ‘tasa Tobin’ (Impuesto sobre las Transacciones Financieras). Este último, que no se parece al ideado por el economista James Tobin, ha fracasado en otros países y fomenta deslocalizaciones, pero el Gobierno insiste en aprobarlo: así prevé recaudar 850 millones anuales al gravar con un 0,2% las operaciones de compra de acciones emitidas en España de empresas cotizadas cuya capitalización bursátil supere los 1.000 millones. Los dos nuevos impuestos han quedado aprobados definitivamente y entrarán en vigor a los tres meses de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE).