Más sorpresas en el ‘caso Villarejo’ (también conocido como ‘Operación Tándem’) relacionadas con sus últimas piezas separadas -ya van 19-. Y es que Florentino Pérez no se va a querellar contra Ignacio Sánchez Galán, con quien prefiere mantener una guerra mediática y política, pero sí ha denunciado a la prensa, concretamente, a Moncloa.com, origen de todos los males. 

De entrada, la pregunta es: ¿Sabía ¡Oh capitán, mi capitán! la información que Moncloa.com y El Confidencial tenían sobre él? ¿Y tan temible era? Porque entre todas las sorpresas del 'caso Villarejo', al menos de esta pieza, la mayor es que, en una atmósfera de parsimoniosa lentitud judicial, de pronto, tras la querella del presidente de ACS contra Moncloa.com, todo se haya movido a velocidad de crucero: no sólo por la imputación de periodistas y la incautación de material sino, sobre todo y ante todo, la prohibición del juez Manuel García-Castellón para volver a prohibir cualquier información sobre el 'caso Villarejo'. 

Loo hechos: ¡Oh capitán, mi capitán! ya ha acudido a declarar ante el juez García-Castellón, apenas días después de haberse personado como acusación particular en la pieza separada del ‘caso Villarejo’ que investiga los trabajos del excomisario para Iberdrola. Ocasión que Florentino Pérez aprovechó para denunciar a los responsables de Moncloa.com, porque, según él (Alejandro Suárez lo niega), pedirle inversiones publicitarias a cambio de no publicar la información que tenían sobre el espionaje que le había hecho Villarejo por encargo de la eléctrica.

El juez García-Castellón ya ha abierto la pieza separada número 19 del 'caso Villarejo' : los periodistas, sus protagonistas

Ante esta denuncia, el juez García-Castellón abrió la pieza separada número 19 del caso, imputó al director de Moncloa.com, Alejandro Suárez, y al responsable de relaciones institucionales de dicho medio, Ricardo Ducazcal. También libró oficio con Moncloa.com y El Confidencial (también estaban imputados el director, Nacho Cardero, y el subdirector y responsable de Nacional, Alberto Pérez Giménez) para que dejaran de divulgar noticias del caso y entregaran el material que tenían en su poder (o sea, las cintas). Sin embargo, como en esto último no tuvo éxito porque siguieron publicando, el juez les citó a declarar por un presunto delito de desobediencia.

Y ojo, porque sorprende, y mucho, que la lentitud judicial se haya vuelto premura de repente en este caso: ¡Oh capitán, mi capitán! ya ha declarado, se ha censurado a dos medios y hay periodistas imputados. De hecho, a estos últimos se les citó para presentarse ante el juez con poquísimo tiempo de antelación (ni siquiera una hora). Y la pregunta sigue en pie: ¿a qué viene tanta premura y por qué Pérez se enfrenta a los periodistas y presuntamente firma la paz con Galán, ese personaje que, presuntamente, habria contratado a Villarejo para chantajearle?