Tal y como adelantó Hispanidad, Carlos Torres se siente muy fuerte en su puesto tras la ‘promesa’ de que no será imputado por el caso Villarejo. Efectivamente, una vez disipada la principal amenaza que pesaba sobre él, el presidente del BBVA se ha reafirmado frente a las andanadas del Santander por hacerse con el banco azul, una ofensiva apoyada tanto por Fráncfort como por Madrid.

La posición de Torres ha cambiado tanto que ni siquiera se siente en la necesidad de hacerle un favor a los reguladores -a Luis de Guindos y a Nadia Calviño- comiéndose al Sabadell. Las conversaciones que tuvieron lugar en verano no han mantenido continuidad alguna. De momento, cada uno seguirá por su cuenta.

También Kutxabank, que participó en las conversaciones. El Lehendakari lo ha dejado claro este viernes, en sede parlamentaria: “En este momento no se ve en la necesidad de una fusión”, ha respondido a la pregunta de la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Maddalen Iriarte, inquieta por la posibilidad de que Kutxabank dejara de ser vasca, como ha ocurrido con Euskaltel.

Por cierto, señor Urkullu, Kutxabank no tiene acreditado el “mayor dividendo social de todo el Estado”, como ha afirmado este viernes. ¿O es que acaso supera los 500 millones de euros anuales de la Obra Social de La Caixa?

En cualquier caso, si algo teme Torres es que se meta el PNV en el banco. A Josep Oliu, sin embargo, no le importó que estuviera en la quiniela. A fin de cuentas, el presidente del Sabadell está de salida y busca dejar la mejor herencia posible entre la que se incluye seguir en solitario.