Si hace días, referíamos cambios en la gobernanza de Renault para intentar dejar atrás la ‘crisis’ surgida por el ‘caso Ghosn’, este viernes toca hablar de crisis sin comillas. Y es que el fabricante de vehículos francés se ha desplomado en bolsa un 12%, tras recortar sus previsiones anuales de ingresos y margen operativo.

En concreto, estima que la cifra de negocios baje un 4%, lo que supone un punto menos frente al objetivo inicial (-3%) y casi el doble del descenso registrado en 2018 (-2,4%). Asimismo, prevé que el margen operativo se sitúe alrededor del 5%, un punto menos en comparación con el objetivo anterior.

En el tercer trimestre, los ingresos del grupo bajan un 1,6%, pero los del negocio del automóvil caen un 3,9%

¿Las razones? “Un entorno menos favorable de lo previsto” y “un contexto regulatorio que requiere gastos cada vez mayores”, según Renault. A esto se unen los datos del tercer trimestre, que no son buenos: la cifra de negocios se situó en 11.300 millones de euros, un 1,6% inferior respecto al mismo periodo del año pasado (11.600 millones). Claro que si se mira a los ingresos del automóvil (sin contar AvtoVAZ, fabricante ruso conocido por la marca Lada), los números son aún peores: los ingresos caen un 3,9%, hasta los 9.700 millones, entre junio y septiembre.

El recorte de previsiones anuales es la primera medida que toma el nuevo equipo de dirección, pero también van a revaluar los objetivos del plan estratégico a medio plazo ‘Drive The Future’. De este equipo forma parte José Vicente de los Mozos, director de Fabricación y Logística a nivel mundial y presidente del Consejo de Administración de Renault España, tras ser ascendido a director general adjunto.

Y por cierto, no sólo Renault se ha visto afectada en bolsa por su recorte de objetivos, también lo han notado otras empresas relacionadas con el sector del automóvil. Entre ellas, los fabricantes de componentes CIE Automotive (-4%), que tiene a Renault como uno de sus principales clientes, y Gestamp (-3%).