Caso Popular. Ante el juez José Luis Calama, de la Audiencia Nacional, le tocaba el turno al exconsejero Delegado del banco intervenido, Pedro Larena. Su testimonio es interesante porque primero fue el CEO de Ángel Ron y luego el CEO de Emilio Saracho. Y lo cierto es que su declaración, durante la mañana del miércoles 11, resultó demoledora. Empezando por la conclusión, Larena se mostró convencido de que el banquero de inversión Emilio Saracho no llegó a la entidad para gestionarla, sino para venderla. Lo más sorprendente es que Larena se quedaba de piedra cuando el presidente de la entidad le preguntaba si había visto algún agujero. Asimismo, resultaba sospechoso el empeño de Saracho en realizar una 'reexpresión' contable (es decir, una reformulación muy pequeña de las cuentas) por la que ninguna entidad hubiese lanzado un 'Hecho Relevante' a la CNMV

¿Qué buscaba Saracho? La sospecha de Larena es la misma que la de otros consejeros de la entidad: Saracho quería vender el banco a bajo precio y contra los intereses de los accionistas, que verían minusvalorada su inversión. 

Pedro Larena considera que el cambio en la presidencia, Emilio Saracho por Ángel Ron, fue una chapuza de Reyes Calderón

Y poco ayudó a esta pérdida de reputación forzada desde la mismísima presidencia el hecho de que Saracho suspendiera el plan de negocio trazado por la entidad con la aquiescencia del Banco de España

Y tampoco ayudó que Saracho filtrara (otra sospecha de Larena) al diario Expansión el cese del Consejero Delegado. Sí, Larena sospecha que fue Saracho.

Y por cierto, no procede decirle este tipo de cosas a un juez como Calama, que ya se ha mostrado bastante interesado en las filtraciones a la prensa durante la presidencia de Saracho: una ristra de noticias en el digital El Confidencial y en el vegetal Expansión sobre la presunta situación de derribo de la entidad. 

Larena insiste en la pregunta del millón: por qué el banquero de inversión, Emilio Saracho, quería que el banco que presidía pareciera peor de lo que era. ¿Acaso quería venderlo contra el interés de los accionistas?

Es cierto que Larena acordó con Saracho que se marcharía en junio, pero el presidente quería acelerar la salida de un ejecutivo que sí creía en el banco y que no veía ningún problema en reflotar la entidad a la que calificó como líder en banca de PYMES y con una banca comercial extraordinariamente sólida. 

Tan duras fueron sus palabras que el juez se interesó por la razón de que, siendo esto así, Larena votara a favor de la sustitución de Ron por Saracho dentro de un plan-chapuza ideado por Reyes Calderón. La respuesta de Larena fue muy clara: "Yo estaba en contra del cambio de presidente pero voté a favor porque así me lo pidió el propio Ángel Ron para preservar la estabilidad del banco".