Dos días antes de la intervención del Banco Popular y su venta por un euro, por parte de la JUR, el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) europeo, con la aquiescencia del Consejo del BCE, estaba dispuesto a aportar una liquidez de 9.500 millones de euros al Banco Popular.

pantallazo de la liquidación del Popular

Sin embargo, no pasaron dos días (el banco se intervino en la madrugada del 6 al 7 de junio de 2017) cuando la JUR, otro organismo ligado al BCE, optaba por reducir a cero una entidad que valía en bolsa 1.300 millones de euros.

Al final, Elke König, debió pensar: “a bodas me convidan” y utilizó estas    

En el intermedio, 6 de junio, el consejo del Banco Popular, con su presidente al frente, tirando la toalla o siguiendo órdenes, certificaba la presunta mala situación de la entidad. En esa recta final del Popular como entidad independiente sucedieron dos cosas:

1.El propio presidente, Emilio Saracho, filtraba noticias negativas sobre la entidad a distintos medios, en especial a El Confidencial.

2.Saracho y otras dos consejeros, como es el caso de Reyes Calderón pusieron en marcha un documento -que instaron a firmar al resto de vocales- declarando la inviabilidad del Banco, es decir, lo mismo que desde el propio banco se había filtrado a la prensa.

“A bodas me convidan”, debió pensar Elke König, jefa de la JUR, quien intentaba probar en España, país dócil, un modelo de liquidación de bancos. En España tuvo éxito; en Italia, con bancos realmente en crisis, les respondieron que ya lo arreglaban ellos.