La declaración de los animales como 'seres sintientes' en España avanza. Esta semana el Pleno del Congreso de los Diputados ha tomado en consideración una proposición de ley (PNL) del PSOE para modificar tres normas (el Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil) con el fin de dotar a los animales de un estatuto jurídico diferente al de los bienes y sean considerados «seres vivos dotados de sensibilidad» y no cosas.

Pero esa iniciativa ya fue aprobada por unanimidad en diciembre de 2017 por el Pleno del Congreso, aunque entonces a partir de una proposición de ley registrada por el PP, que entonces sustentaba al Gobierno. Sin embargo, finalmente decayó porque no llegó a culminar su tramitación parlamentaria completa al disolverse las Cortes Generales en marzo de 2019.

 

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Y es que, socialistas -y, por supuesto, podemitas con su Ley de Bienestar Animal- quieren evitar situaciones como la ocurrida en Lugo donde un juzgado puso un perro a subasta, como si fuera una propiedad... 

Según publica ABC, si la proposición llegara a término un juez decidirá el destino de los animales en caso de contienda entre los excónyuges, y su decisión a favor de uno o ambos será «atendiendo al interés de los miembros de la familia y al bienestar del animal». Pero no es la única modificación. Los animales también dejarán de ser objetos embargables en caso de ejecución hipotecaria, se fija el derecho a reclamar los gastos derivados de su cuidado, y se establece qué hacer frente a abandonos o sospecha de maltrato. «La diferencia más importante es el hecho de que los jueces, en casos de crisis de pareja, deberán aplicar como criterio imperativo el resolver la custodia compartida del animal atendiendo a proporcionar el mayor bienestar del animal, mientras que ahora solo se podía aplicar la custodia en aquellos casos en los que se demostrara que ambos eran los propietarios. En muchos asuntos de familia los jueces rehusaban pronunciarse sobre el destino de los animales, siendo el consejo de los letrados llegar a un acuerdo casi imperativo», explica Lola García, abogada activista del despacho Derecho&Animales.

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