Derek Chauvin ha sido declarado culpable de todos los cargos de los que se le acusaba: le pueden caer hasta 40 años de cárcel por matar a George Floyd. Miles de norteamericanos aplauden en las calles, mientras el presidente Joe Biden habla de racismo sistemático y se felicita por la sentencia ¿Quién te ha visto y quién te ve Joe?

Por cierto, voceros del Black Lives Matter (BLM) ya habían planteado el escenario y el ambiente necesarios para que, en caso de que la sentencia no fuera dura, volvieran los enfrentamientos a las calles. Y ahora Biden no podría echarle la culpa a Donald Trump. 'Afortunadamente' la sentencia ha sido durísima.

El objetivo del Black Lives Matter ya no es tumbar a Trump sino chantajear a Biden. Y su proyecto final: hacerse con el poder en Estados Unidos… sin pasar por las urnas

Lo de Kamala Harris es peor: la vicepresdienta alentó la violencia en las calles (“No se detendrán y no deberían detenerse”), en las primarias llamó racista a Biden -además de acosador sexual- y cuando le ofrecieron la vicepresidencia empezó a alabarle, pero siempre marcando distancias: la roja del ticket era ella.

Tras Floyd, BLM pide más veredictos. El grupo extremista norteamericano, de raíz inequívocamente marxista, no busca justicia con Floyd: busca venganza.

Su objetivo ya no es tumbar a Trump sino chantajear a Biden.

¿Qué es lo que pretende BLM? Sencillamente, el poder en los Estados Unidos. A ser posible, sin pasar por las urnas.

¡Que no te pase nada, amigo Joe!