Ser consejero coordinador no es cualquier cosa. Además de coordinar al resto de consejeros no ejecutivos, de presidir el Consejo de Administración en ausencia del presidente y de los vicepresidentes si los hubiera, está considerado el contrapoder del máximo mandatario, el presidente, dentro del máximo órgano de gobierno de la sociedad. En el caso concreto del BBVA, el artículo quinto tercero del reglamento del Consejo de Administración lo dice claramente: “El Consejero Coordinador está especialmente facultado para dirigir la evaluación periódica del Presidente del Consejo de Administración”.

Esa es, desde el 31 de marzo de 2016, una de las principales atribuciones de José Miguel Andrés Torrecillas, consejero coordinador del banco desde esa fecha.

Pero es que, además, Andrés Torrecillas preside la Comisión de Auditoría y Cumplimiento del banco que incluye, entre sus objetivos, “vigilar el cumplimiento de la normativa aplicable, de ámbito nacional o internacional, en asuntos relacionados con el blanqueo de capitales, conductas en los mercados de valores, protección de datos, y el alcance de las actuaciones del Grupo en materia de competencia, así como los requerimientos de información o actuación que hicieren los organismos oficiales competentes sobre estas materias son atendidos en tiempo y forma”, asegura el reglamento del consejo de administración del BBVA.

Más adelante, el texto resume otra de las funciones de esta comisión: “Velar de modo especial por el cumplimiento de las previsiones aplicables a los consejeros que se contengan en el presente Reglamento, así como del cumplimiento por éstos de la normativa aplicable en materia de conducta en los mercados de valores”.

De todo esto (y de más) es responsable directo J.M. Andrés Torrecillas, el hombre que, al parecer, no sabe nada de las facturas que la entidad ha pagado a Cenyt, la empresa del excomisario José Manuel Villarejo, desde hace más de una década. 

Pero lo más interesante viene ahora: entre 2004 y 2014, Andrés Torrecillas fue presidente de EY, auditora de Sacyr en 2004, año en el que la constructora intentó hacerse con el BBVA. ¿Comprenden? Sólo unos meses después de dejar EY, Francisco González (FG) le fichó para el BBVA y le hizo responsable del resto de consejeros no ejecutivos y de la comisión más relevante.

Sólo queda un día para la Junta de Accionistas y al presidente Carlos Torres le va resultar muy complicado explicar por qué los 150 ‘investigadores’ externos e independientes, y con total acceso a la documentación del banco, no han encontrado nada después de dos meses o, si lo prefieren, desde que comenzó la investigación interna, con menos efectivos, en junio de 2018. En cualquier caso, el auditor Andrés no encuentra las facturas.