Dime de qué presumes y te diré de qué adoleces. Uno lleva casi 30 ruedas de prensa en Moncloa desde que comenzara el coronavirus, pero la del domingo 5 se lleva la palma. Cuatro ministros: el de Sanidad, Salvador Illa, el de Interior, Fernando Grande-Marlaska, la de Defensa, Margarita Robles y el responsable de Fomento, José Luis Ábalos.

Al parecer para ser ministro de Sánchez hay que hablar, hablar, hablar y no decir nada. La convocatoria monclovita de este domingo puede resumirse así: ni una sola autocrítica, ni una sola novedad. Al revés, un autobombo que acabó por resultar, no ya molesto, sino patético y un punto pueril… así como injurioso, para quienes han sufrido las consecuencias de la incompetencia gubernamental. Pero, al parecer los miembros del Gabinete no se dan cuenta.

Salvador Illa: el presidente se preocupa, sobre todo de las residencias. Es decir, donde más fallecidos ha habido y en circunstancias más sórdidas

Ha sido la muestra viva de unos ministros encantados de haberse conocido quienes, además, no ofrecen ni una sola noticia, ni una sola autocrítica. Es decir, la humildad que 24 horas antes solicitaba el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La feria de la vanidades comenzó cuando Salvador Illa, ministro de Sanidad, nos contó, sin despeinarse, que, si por algo se ha preocupado el presidente del Gobierno, ha sido por las residencias de ancianos. Es decir, justo donde más fallecidos ha habido y en circunstancias más sórdidas, justo en el punto en el que el Gobierno debería estar más calladito.

Fernando Grande Marlaska se vanagloria de que la policía ha realizado 330.000 expedientes sancionadores y 2.800 detenidos. Al parecer, la represión de las personas mata al virus

Fernando GrandeñMarlaska, el titular de Interior, se vanagloria de que la policía ha realizado 330.000 expedientes sancionadores y 2.800 detenidos. Oiga, y más de 300.000 comprobaciones. Al parecer, la represión de las personas mata al virus.

Margarita Robles, titular de Defensa, se empeñó en demostrar que ella es juez y sabe mucho de derecho. Y así, recordó que el arresto domiciliario al que el Ejecutivo somete a 47 millones de españoles, es plenamente constitucional. Qué digo, es mucho más: es una prístina exhibición de constitucionalismo. Seguro que sí ministra… y una declaración de guerra también pero eso no significa que deba hacerse salvo por causa mayor, muy mayor. Por lo demás, graciosísimo el discurso de la antaño rojísima Margarita hablando, en primera persona, de las fuerzas armadas con un “hemos hecho”… muchas cosas al servicio de la humanidad y que conociendo el pasado de la susodicha resultaba un pelín cachondeable.

Margarita Robles. El arresto domiciliario es una exhibición de constitucionalismo y las fuerzas armadas “hemos hecho” mucho

Pero los más inteligentes mienten más y mejor. Seguramente, el más inteligente de los allí presentes es el chulesco José Luis Ábalos, titular de Fomento, y resultó, claro esta, el más exagerado de todos. De entrada: hemos reducido la movilidad al mínimo y hemos repatriado a 20.000 españoles. Nuevamente, el círculo argumental vicioso del progresista Gobierno Sánchez. Hombre, José Luis, si prohíbes a la gente salir de casa bajo pena de sanción, multa o detención es muy probable que tu empeño tenga éxito, pero eso no significa que se trate de una sana medida democrática: se trata de que a la fuerza ahorcan.

Pero el punto más peligroso no es ese. Decíamos ayer que España camina hacia el totalitarismo y ya ha recibido alguna reprimenda: exageras, no te pases. Siempre he pensado que quien asegura tal cosa es un fiel representante de la raza humana. como aseguraba Tommy Lee Jones en Hombres de negro: ¡Qué raza más crédula!

Escuchemos a Ábalos: “las críticas constructivas siempre son buenas… mientras no pongan en peligro la unidad de acción”. Es decir, el que critique al Gobierno está rompiendo la unidad de acción, la que impone Moncloa, que, en tiempo de coronavirus salva vidas. ‘Uséase’ que usted agacha la cabeza y sigue las directrices de Sánchez o estará matando gente.

José Luis Ábalos: hemos reducido la movilidad al mínimo y repatriado a 20.000 españoles. Y más: el que critique al Gobierno está rompiendo la unidad de acción, que, cuidadín, salva vidas

Conclusión final: el arresto domiciliario de 47 millones de españoles es un gran éxito del Gobierno y es el mismísimo Sánchez -o sea, el desastre de Sánchez- quien está venciendo al coronavirus. Lo dicho: pura humildad.

La autoalabanza apesta, señores ministros.