Lo que ocurre en Hispasat merece atención. Y es que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a pesar de ser socialista -y por ello, defensor de la empresa pública-, privatiza los satélites militares (Hisdesat) dejándolos en manos extranjeras.

Hisdesat es la sociedad que opera servicios gubernamentales por satélite en las áreas de defensa, seguridad, inteligencia y asuntos exteriores. Actualmente, es propiedad de Hispasat (43%), Isdefe -sociedad del Ministerio de Defensa (30%)-, Airbus (15%), Indra (7%) y el grupo privado español de ingeniería y tecnología Sener (5%), pero esto podría cambiar muy pronto.

ACS y Atlantia, dueños de Abertis, y por ende, del 89,68% de Hispasat, han vuelto a colgar el cartel de ‘Se vende’ en el operador de satélites, según Europa Press. Algo que no es nuevo y que se debe, sobre todo, a dos razones: no lo ven un activo estratégico y contribuirá a reducir el ‘macropréstamo’ (10.000 millones de euros) que les permitió hacerse con Abertis. Aunque no harán la venta de cualquier forma, según fuentes de la compañía de infraestructuras. 

Red Eléctrica no tiene intención de comprar Hispasat, pero le costaría 1.150 millones, aportaría 193 millones a su Ebitda y no afectaría a su deuda

Al no ser considerado un activo estratégico, Hispasat no tendrá el mismo desenlace que Cellnex, cuyo 29,9% acabó en manos de la familia italiana Benetton. Parece que a Sánchez le importa poco que el operador de satélites pueda terminar en manos extranjeras, ya sea de fondos de inversión o de cualquiera: hace tres semanas autorizó la inversión de la italiana Atlantia y la alemana Hochtief (filial de ACS), incluido lo relacionado con la defensa nacional, y llegado el caso, podría hacer lo mismo con sus nuevos propietarios.

Al contrario que el anterior Ejecutivo, el socialista no ha defendido el carácter estratégico de Hispasat y además, Red Eléctrica, ahora bajo los mandos del socialista Jordi Sevilla y de la que la SEPI controla un 20%, no tiene intención de adquirir el operador de satélites. Y eso que según los analistas del Banco Sabadell, la operación tendría un precio de 1.150 millones de euros, le aportaría unos 193 millones de euros de Ebitda (12,6% del total) y no afectaría mucho a su endeudamiento -pasaría de un ratio de 3,2 veces el Ebitda a uno de 3,74 veces-. El problema es que REE no se lo puede permitir... y menos, con los cambios en la regulación que pretende llevar a cabo la ministra más verde de Sánchez, Teresa Ribera