Para entendernos: existe una conjunción astral entre los intereses de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y los de Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). Ambos, para entendernos, insisten en que la segunda fusión, tras Caixabank-Bankia, debe ser Santander-BBVA. Lo de las normas antimonopolio son cosa de mucha risa cuando se trata de una operación de Estado.

Al igual que Caixabank, esta vez estaríamos ante un banco de los que no pueden caer, sistémico, y con esos dos matrimonios se haría la reconversión bancaria en España, de un tirón. Mejor no pensar en la reducción de plantilla que conllevaría.

Razón: la banca doméstica -la española- no puede sobrevivir con tipos negativos

Ahora bien, Carlos Torres Vila puede resistirse. De ahí el rumor, y no hay que desecharlo, de una fusión como la que aludía Hispanidad días atrás: BBVA-Sabadell-Unicaja.

Lógico: Carlos Torres huye del abrazo del oso del Santander porque en la fusión de los dos bancos españoles sería Ana Botín quien mandaría. Ahora bien, la presión institucional es fuerte. ¿Puede ganar Torres? Puede, pero en Madrid ya se habla de las condiciones ofrecidas a Torres por su marcha.

Las fusiones retrasarán una posible crisis, al menos una década. Para entonces ya habrá llegado la banca digital

¿Y la razón de todo esto? Sencillo: la banca doméstica -la española- no puede sobrevivir con tipos negativos. Hablamos de la banca que realmente cumple un papel social, como sistema de pagos del país, pero también la que más sufre con el absurdo de un precio oficial del dinero que exige cobrar porque te lo guarden, no porque te lo presten.

Y así, las fusiones retrasarán una posible crisis bancaria, al menos una década. Para entonces ya habrá llegado la banca digital.

Todo lo cual no convierte las fusiones en positivas, sólo son una terapia y transitoria.

Porque si los tipos siguen en negativo ni el mejor banquero logrará sobrevivir sino a costa de propinarles sablazos a los clientes con comisiones. Y entonces viene un banco digital, por teléfono, y se lo lleva todo.