Duro Felguera está saneando su balance, como así lo demuestran los resultados de 2019 presentados este sábado. Sin embargo, el problema es que no encuentra financiación para sus proyectos y culpa a la banca, que se niega a concederles más avales. “Los últimos avales son del año 2016”, según ha explicado el CEO de la ingeniería asturiana, José María Orihuela, en la conference call, y aunque “la compañía ha seguido contratando” (105,48 millones de euros en 2019, un 35% más que los pedidos de 2018), la cifra es inferior a la prevista en el Plan Estratégico.

Por su parte, la banca acreedora no cede: se niega a poner más dinero hasta que entre un inversor. O sea, por ahora, no hay ni acuerdo ni concurso de acreedores, pero el tiempo apremia: sólo hay liquidez hasta julio. Es cierto que la compañía está buscando inversores industriales para reforzar su posición patrimonial y de tesorería: “empezamos a ver cierto interés de potenciales inversores”, ha señalado Orihuela, pero, por el momento, “son simples acercamientos y ninguno ha iniciado el proceso de due diligence (diligencia debida)”.

Por ahora, con potenciales inversores sólo hay simples acercamientos y ninguno ha iniciado el proceso de ‘due diligence’

A la negociación constante con la banca y la búsqueda de inversores, se suma la renegociación de los términos contractuales con los clientes de algunos proyectos en marcha, con el fin de mitigar el riesgo de sobrecostes, retrasos o pérdidas adicionales. De hecho, la ingeniería asturiana mantiene abiertas negociaciones y reclamaciones por un importe total de 244 millones. Asimismo, “se está analizando si es necesaria una reestructuración de la plantilla”, sobre todo, si se tiene en cuenta la finalización de proyectos o contratos, según ha explicado el CEO. En 2019, la plantilla media de la compañía se ha reducido, pasando de los 1.757 trabajadores del año anterior a 1.546.

Paralelamente, el proceso de desinversiones continúa, por ejemplo, en activos inmobiliarios no estratégicos -incluida la sede-. Eso sí, se ha paralizado la venta de Epicom, filial especializada en el área de la protección de las comunicación críticas del Ministerio de Defensa, a pesar de que había interesados (Tecnobit e Indra, por ejemplo) porque “se pensaba que no era el momento y no hay una necesidad urgente de venderla”, según Orihuela, y además, “es un producto único”.

La ingeniería asturiana también renegocia los contratos con los clientes y está analizando si es necesaria una reestructuración de la plantilla 

“Estamos orgullosos de los resultados, dejando atrás situaciones pasadas de crisis y pérdidas, y esperamos noticias positivas en los próximos meses”, ha afirmado el CEO. De hecho, el resultado neto de 2019 ha sido de 10,948 millones de euros frente a las pérdidas de 119,27 millones (sin tener en cuenta los ingresos extraordinarios de la refinanciación) de 2018. El Ebitda también ha sido positivo, situándose en 20,097 millones, respecto a los -124,396 del año anterior; y el margen Ebitda ha ascendido al 5,1%, “en línea con el del sector construcción”, ha destacado Orihuela, frente al -29,5% registrado en 2018.

Las ventas han descendido ligeramente, desde los 421,325 millones hasta los 397,578 millones, de los que el 89% procede del exterior (un 38% de Europa, un 27% de África y Oriente Medio, y un 22% de Hispanoamérica). La contratación, como ya se ha citado, ha ascendido a 105,48 millones, frente a los 78,792 millones del año anterior. Mientras que la cartera es amplia y ha cerrado el ejercicio en 464,2 millones, de los que el 91% son proyectos internacionales.

El resultado neto se sitúa en 10,948 millones; el Ebitda, en 20,097 millones y el margen Ebitda está “en línea con el del sector construcción”, en el 5,1%

Por último, la ingeniería asturiana destaca que ha revertido la situación de la deuda neta, que ha pasado de 3,5 millones a un superávit de liquidez de 16,9 millones al cierre de 2019. Resultados que demuestran el saneamiento y han superado las previsiones del plan estratégico, que se basa en varios principios: autofinanciación de cada proyecto, primar la rentabilidad sobre el crecimiento, trabajar con eficiencia y control de costes, reducir el riesgo y enfocar el perímetro geográfico. No obstante, a Duro Felguera no le queda otra, mientras negocia con la banca y busca un inversor.