Me inquieta el enorme parecido que empiezo a percibir entre dos personajes: Mario Conde y Pedro Sánchez. Ambos consideran que están llamados a cambiar el mundo, ambos tienden a la egolatría y ambos muestran las dos características que definen al esnob:

1.No asombrarse de nada.

2.No agradecer nada.

La cosa empieza a resultar un poco más preocupante cuando contemplamos cómo el uno condujo a la quiebra a Banesto y el otro conduce a la ruina a España.

Tanto el exbanquero como el político cumplen las dos notas distintivas del snob: nunca se asombran de nada y nunca agradecen nada

Miren cómo acabó Mario, y eso que era mucho más listo y estaba mejor preparado que Pedro. Estoy aterrorizado.

Miren cómo acabó Mario, y eso que era mucho más listo y estaba mejor preparado que Pedro

Y otra similitud inquietante aunque esperanzadora: poco antes de su caída, Mario Conde parecía en la cumbre de su poder.