• Y eso a pesar de ser una de sus mejores franquicias y de sus 'sacrificios' en España: ERE con beneficios, cierre de fábricas y caos en Fuenlabrada.
  • A la multinacional le sale a cuenta apostar por tónicas 'premium': su cliente es de nivel medio-alto y aporta el 20-25% del crecimiento.
  • Royal Bliss no está al alcance de todos: sólo lo tienen 65.000 de los 300.000 locales de la hostelería nacional.
  • Se descarta llevarlo al supermercado a corto plazo, aunque podría llegar a algún otro país europeo.
  • En 2018, lanzará más marcas al mercado que en los últimos 20 años y lo hará en categorías hasta ahora inimaginables.
  • Y es que el refresco ya no está de moda y menos en la obsesiva guerra contra el azúcar que vive el mundo.
Parece que Coca-Cola se ha puesto elitista en España, pues ahora no le basta tener el monopolio y quiere repetir el éxito de marca Royal Bliss, que lanzará el próximo año en otros países. Una actitud que contrasta con el hecho de que nuestro país sea una de sus mejores franquicias internacionales y de los muchos 'sacrificios' que ha hecho en los últimos años: ERE con beneficios, cierre de fábricas y el centro logístico fallido de Fuenlabrada. A la multinacional de Atlanta le ha salido a cuenta apostar por su gama de tónicas 'premium', Royal Bliss, donde invirtió 22 millones de euros. Y es que su cliente es de nivel adquisitivo medio-alto, de 35 años o más, por lo que dicha marca aporta entre el 20% y el 25% del crecimiento de Coca-Cola este año en España. Royal Bliss no está al alcance de todos porque sólo está disponible en 65.000 de los cerca de 300.000 locales que conforman la hostelería nacional, es decir, en apenas un 22% del total. Por ahora, seguirá siendo un producto exclusivo: se descarta llevarlo al supermercado a corto plazo, según la directora de Marketing de Coca-Cola Iberia, Esther Morillas, aunque podría llegar a algún otro país europeo el próximo año. Al mismo tiempo, en 2018, Coca-Cola lanzará más marcas al mercado que en los últimos 20 años y lo hará en categorías hasta ahora inimaginables. Y es que el refresco ya no está de moda y menos en la obsesiva guerra contra el azúcar que vivimos. Eso sí, no es de esperar que se tenga en cuenta la planta de Fuenlabrada, defenestrada al pasar de centro de producción innovador a centro logístico fallido, porque el director de Coca-Cola Iberia, Juan Ignacio de Elizalde, ni siquiera la mencionó en una entrevista el mes pasado y además, De Elizalde trabaja con la 'megaembotelladora' europea que preside Sol Daurella -mano ejecutora del ERE con beneficios en España y sus consecuencias-. Cristina Martín cristina@hispanidad.com