Moderación y progresismo, que es algo así como círculo cuadrado. Eso es lo que define al nuevo Gobierno frentepopulista de Pedro Sánchez. Traducido: que la clase media española, todo aquel que puede, se está comprando piso en Lisboa, convertida en capital del dinero español, para poder tributar allí… y para poner su dinero a salvo del mejor amigo del bolsillo ajeno: de Podemos.

Yo creo que se equivocan. PSOE y Podemos atacarán todo lo que puedan a la clase media, a todo aquel que posea algo en propiedad (esta es la mejor definición de clase media). Eso es cierto pero también lo es que tienen el corsé del capitalismo financista europeo, los límites que impone Bruselas, porque la UE actual es tan progresía como financista, le impiden hacer locuras. A ver si se creen que al Nuevo Orden Mundial (NOM)le preocupan los pobres.

Mientras, Moncloa calla cuando el Europarlamento colabora con el independentismo catalán aunque a ERC “le importa un comino” España

Ahora bien, donde no tiene límites la nueva Europa NOM es en su cristofobia. Dicho de otra forma, los que más tienen que temer al nuevo Gobierno frentepopulista son los católicos. Precisamente, el objetivo primero del Nuevo Orden consiste en descristianizar Europa, cuna de la civilización occidental.

Sí: los primeros agredidos por el nuevo gobierno PSOE-Podemos no serán los propietarios, sino los católicos y, atención, los débiles: ancianos, impedidos y todos aquellos que engrosan la nómina del Estado. En esa tesitura, la muerte digna resulta un medida poco digna pero muy eficaz. Y encima se presenta como una norma progresista, aprovechando el hecho de que el hombre del siglo XXI le tiene tanto miedo al dolor, es tan poco vigoroso que prefiere echarse en manos… de la nada, o de lo que él cree que es la nada.

Insisto: lo único que une a fuerzas ideológicamente tan dispares como socialistas, comunistas y separatistas es su cristofobia y su anticlericalismo.

Al presidente no le gustan los periodistas, sólo los fotógrafos. Le gusta más figurar que pensar

La segunda medida del nuevo ejecutivo de los Picapiedra Pedro y Pablo será terminar con la enseñanza católica en España (lo poco que queda de ella). En tercer lugar, asfixiar económicamente a la Iglesia mediante el IBI y las inmatriculaciones.

Mientras, contamos con la nueva España de Sánchez: el vasco Aitor Esteban se mofa del navarro Carlos García Adanero cuando éste recuerda a los asesinados por ETA.

Mientras, Moncloa calla cuando el Europarlamento colabora con el independentismo catalán aunque a ERC “le importa un comino” España, como dijo la portavoz de ERC… que no por eso dejará de cobrar su sueldo como diputada del Parlamento español donde ella legisla para andaluces, extremeños, castellanos, gallegos, etc… que le importan un pimiento.

Y por último, la transparencia del enchulado Sánchez. Al presidente no le gustan los redactores de prensa, sólo los fotógrafos. Es decir, que le gusta más figurar que pensar… y que no soporta las críticas. El martes, recién elegido presidente, se dejó retratar con los gráficos y evitó, una vez más, las preguntas de los plumíferos: son pesadísimos.