La pandemia del coronavirus, como hemos comentado en muchas ocasiones, ha supuesto un batacazo para el sector aéreo mundial, colocando a muchas aerolíneas al borde de la quiebra. La última muestra se puede ver en que KLM ha elevado su recorte de empleos a entre 5.800 y 6.000 personas, desde los 5.000 anunciados en un principio, pese a haber recibido 3.400 millones de euros del Gobierno neerlandés el pasado junio… Y claro, baja en bolsa casi un 4%, aunque ha cerrado la sesión con un descenso del 2,47%.

KLM forma parte del grupo aéreo franco-neerlandés Air France-KLM y ha tomado la medida de ajustar más su tamaño porque la recuperación de la industria de la aviación, sobre todo en larga distancia, está tardando más de lo previsto por las nuevas restricciones a la movilidad ante las olas de la pandemia. “Esta reducción adicional de puestos de trabajo es desgraciadamente muy necesaria”, ha señalado el presidente y CEO de la aerolínea, Pieter Elbers.

Conviene recordar que KLM recibió 3.400 millones del Gobierno de su país a cambio de reducir un 15% sus gastos, introducir mejoras medioambientales y renunciar a los bonos para directivos y al dividendo; ayuda a la que se sumó otra de 7.000 millones del Ejecutivo francés tras registrar unas pérdidas de 4.413 millones en el primer semestre, casi 20 veces superiores a las del mismo periodo del año anterior. El coronavirus ha convertido 2020 en un año difícil para Air France-KLM, como para otras compañías de su sector: en sus últimos resultados publicados (correspondientes a los nueve primeros meses) arrojó unas pérdidas de 6.078 millones de euros y un Ebitda negativo de 1.282 millones, tuvo unos ingresos de 8.725 millones (-57,6%) y transportó 28,124 millones de pasajeros (-64,7%).