Sr. Director:

Aunque no era difícil superar aquel despropósito continuo dado durante los primeros tiempos de la pandemia, hay que reconocer que con la llegada de la ministra Darías al menos han desaparecido de la escena pública en la gestión de la pandemia tanto Salvador Illa, que utilizó el Ministerio como plataforma de promoción política de cara a las elecciones de Cataluña, como Fernando Simón, a quien afortunadamente parecen haber apartado del foco.

En cualquier caso resulta escandaloso, no solo por las evidencias de que el Gobierno firmó una decena de contratos millonarios frustrados, que desnudan las carencias de aquella gestión, sino también por la falta de transparencia, que a pesar de ser una constante en la propaganda gubernamental, todavía, a día de hoy, es para el Ejecutivo una asignatura pendiente.