El director general de Derechos de los Animales, Sergio García Torres, ha asegurado que su intención es derogar la ley de Perros Potencialmente Peligrosos y sustituirla por otra más justa, que trate los casos individuales y no generalice sobre la potencialidad de determinadas razas de perros, que al final acaban estigmatizados por la sociedad y señaladas a pesar de que su carácter no es violento ni agresivo. Así lo han señalado desde su cuenta oficial de Twitter.

Y es que, García ha descubierto que la ley de perros potencialmente peligrosos solo tiene en cuenta las características físicas de los animales y deja a un lado su carácter. Por eso, desde la dirección de Bienestar Animal establecerán un mayor control sobre los dueños que quieren adquirir un perro, aumentar las medidas pedagógicas sobre los mismos y personalizar los casos. Porque, la culpa es, sin duda, del humano.

Lo que hay ahora es un marco legal genérico que señala a ocho razas: el pit bull terrier, el staffordshire bull terrier, el american staffodshire terrier, el rottweiler, el dogo argentino, el fila brasileiro, el tosa inu y el akita inu.

Y una vez fuera de estas razas, cualquier can es susceptible de ser un perro potencialmente peligroso si presenta una “fuerte musculatura, aspecto poderoso, robusto, configuración atlética, agilidad, vigor y resistencia”, si tiene un “marcado carácter y gran valor” o un “perímetro torácico comprendido entre 60 y 80 centímetros, altura a la cruz entre 50 y 70 centímetros y peso superior a 20 kg” -pues, no entiendo por qué-. Así como si tiene el “pelo corto”, una “cabeza voluminosa, cuboide, robusta, con cráneo ancho y grande y mejillas musculosas y abombadas”, o “extremidades anteriores paralelas, rectas y robustas y extremidades posteriores muy musculosas, con patas relativamente largas formando un ángulo moderado”.

Tal vez si el vicepresidente que ya cuenta con tres canes- Leona, Rumba y Tirso- adquiriera algún ejemplar de una de las razas consideradas peligrosas -vamos, lo que se dice practicar con el ejemplo- los ciudadanos entenderían su mensaje. Además, con un pit bull, un rottweiler o un dogo argentino su chalet de Galapagar estará protegido las 24 horas. Ya saben, por si se le planta enfrente algún colectivo con ansias de reivindicación, véase, policía, guardia civil o agricultores, por ejemplo. Siempre les podrá azuzar a sus canes a los alborotadores… siempre, claro está, en defensa propia.

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