Y también significa que Janli Cebrián está ‘muerto’. Perdón, ‘moribundo’. Pero vayamos por partes, como dijo Jack el Destripador. Por ejemplo, que Ana Botín manda en PRISA a través del vicepresidente, Javier Monzón, ya lo adelantó Hispanidad a finales del mes de marzo. La noticia ahora es que ha ordenado, no sólo que no se venda Santillana, sino que se recupere el 25% que está en manos del fondo Victoria Capital Partners, según la agencia Bloomberg. Cómo cambia el cuento: hace unos meses, la banca acreedora, con el Santander a la cabeza, exigía la venta de la editorial.

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Un ‘pero’: la operación, estimada en unos 400 millones de euros por los analistas del Sabadell (el 100% de Santillana serían 1.630 millones) supondría aumentar la deuda del grupo más de un 50%, lo que aumentaría también el apalancamiento. No hay que olvidar que PRISA ya consolida el cien por cien del Ebitda de Santillana. Con este movimiento consolidaría, además, la caja de la compañía. Sea como fuere, lo importante es la tendencia: ya no se vende. Ahora se compra.

Otrosí: el hecho de que Botín ordene no significa que César Alierta ya no pinte nada en el grupo. Lo cierto es que el expresidente de Telefónica no se da por vencido. De hecho cuenta con otro consejero más: Fernando Martínez Albacete, ex director financiero que Cebrián echó de PRISA hace once meses.

Y luego está el amigo Janli, actualmente en tendencia descendente. Efectivamente, ya no cuenta con el apoyo de Moncloa -convenció a Rajoy de que él, Janli, era el salvador de la unidad de España- y ahora, además, Botín ha colocado a Monzón a quien él echó antes de entrar. Y lo último, la rebelión interna contra él, que comenzó en la SER y ha continuado en El País, por pactar con el Gobierno.

Janli está ‘muerto’. Perdón, ‘moribundo’.

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