
Que en el tren que me lleva a Asturias se nos anuncie la próxima estación, en español y en bable, y se nos informe de que vamos a llegar a Oviedo, pero que también vamos a llegar a 'Uvieu', ya tiene delito. Que en la explicación para extranjeros, en inglés, se nos repita que the next Station is 'uvieu', bueno, es algo que solo puede aceptarse con algo de escepticismo y mucho de estoicismo.
Ojo al dato:
Próxima Estación: Oviedo... Uvieu.
Next Station: Oviedo... Uvieu.
De esta forma, el natural de Illinois no tendrá duda alguna de que el tren está pronto a hacer su regia entrada en... Uvieu. Esto es importante.
Adrián Barbón -que no Borbón- es el presidente de Asturias. Me aseguran que fue novio de la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, hecho que, con pleno respeto a su vida privada, seguramente explica muchas cosas.
Ahora bien, querídísimo Adrián, quizás ha llegado el momento de quitarse la boina y dejar de financiar a la muy docta Real Academia de la Llingua asturiana y vedernos el bable de las patates como punta de lanza cultural del principado.
Por dos razones. La primera: los procesos de idiotización de los pueblos suelen pasar desapercibidos porque, como su mismo nombre indica, el idiotizado es incapaz de reconocer que se ha vuelto idiota.
La segunda, y más grave razón, porque si el susodicho proceso de idiocia colectiva se dispara, nos podemos encontrar con un pueblo acrítico, capaz de tragarse las espantosas sandeces sin rechistar, síndrome de Estocolmo incluido: qué bueno es mi secuestrador que me ha robado la libertad y me ha arruinado, pero todavía puedo impedir que me asesine.
Cuando tú aceptas la injusticia, no digo ya sin una rebelión, sino, al menos, sin una sonrisa sarcástica, entonces es que tu proceso de idiotización ha alcanzado niveles de no retorno. Tus tragaderas son inconmensurables y aceptarás todo, hasta tu propio ridículo, con tal de sobrevivir.
Por ejemplo, es el momento, en que eres capaz de aceptar que el aborto, es decir, que una mujer mate a su propio hijo en su propio seno, es un derecho.
Mismamente.









