Decía el presidente del Gobierno que gobernará sin Parlamento, sin presupuestos, sin Puigdemont y sin urnas (para que no gane la ultraderecha). Gobierna sin gobierno de todas formas pero sin valores y sin cumplir el programa electoral, sin respetar las promesas hechas, sin palabra, sin combatir las lacras corruptas tras echar a otro gobierno por dicha causa, sin dar la opción a que la gente vote y sin división de poderes. En el país de los Sin no puede haber nada bueno salvo desmontar así la democracia, acompañada de una parte de la prensa sin ejercer el cuarto poder y sin ganas de hacerse autónomo por las embestidas fiscales.
Tiene gracia pero desde que gobiernan, el sexo ha de ser sin, los abortos sin consentimiento paternal, las violaciones de mujeres sin dejar de aumentar, las penas sin cumplir, las pulseras sin funcionar y sin fronteras para los ilegales y el narcotrafico del norte de África.
Los golpistas sin arrepentirse manejan las riendas del país tras unos indultos y una amnistía que nunca se admitiría npor anticonstitucional. Ahora que interesa por siete votos es constitucional al cien por cien.
Los apagones son sin responsabilidad del Ejecutivo y de los fichajes a dedo, las Danas sin ayuda (“si quieren ayuda que la pidan”), el caos ferroviario sin Renfe. España, nuestra España, sin viviendas, sin echar a los okupas (invenciones de la derecha), un país sin combatir el paro estructural (de camareros pero sin albañiles y profesionales cualificados), así como sin mitigar los contratos basuras y la precariedad.
En las relaciones internacionales, gracias a Pedro Sánchez estamos sin pintar nada en la UE, sin protección de la OTAN, sin relaciones con Israel por antisemitismo y sin el crédito benefactor de los EEUU, todo por el sin del 5% y sin la cobertura de la inteligencia de los aliados poniendo en riesgo la seguridad nacional cuando se produzca un capítulo crítico.
En las relaciones internacionales, gracias a Pedro Sánchez estamos sin pintar nada en la UE, sin protección de la OTAN, sin relaciones con Israel por antisemitismo y sin el crédito benefactor de los EEUU
Eso sí estamos sin que nadie lo niegue con la mafia rusa en España, comprando gas a Putin, defendiendo a los terroristas de Hamas, haciendo negocio con China en contra de los intereses de los aliados, amigo de las narco dictaduras hispanoamericanas en busca y captura, más cercano de los BRICS que de Greenwich padeciendo los aranceles y la ira de Trump.Todo ello sin rubor. Hay que recordar que los golpistas catalanes pretendieron desconectarse de España sin renunciar a 10.000 soldados de Rusia para culminar el funesto golpe de estado independentista a cambio de crear un paraíso de criptomonedas en la república catalana que favoreciera los intereses del Kremlin y dividiera aún más la UE.
Y si pueden en Moncloa pretenden dejarnos sin fuerzas de seguridad del estado (policía nacional y guardia civil) en Cataluña, sin ejército pero bien que acuden a ellos con los incendios, la flotilla de Gaza o las riadas; además de relegarnos sin la hacienda española, sin hablar español y sin estructuras del Estado en esa parte del territorio comanche por mucho disfraz que luzcan en el ayuntamiento, Generalidad y Gobierno central en manos del mismo partido socio-nacionalista.
Con tantos méritos para la historia, la ley de memoria histórica se va a quedar sin vestigios de Franco en las calles pero con Franco a todas horas, hasta en la sopa. Sin Franco pero con ETA, cuya mano dura y el gatillo fácil son motivos de halago para los gobernantes actuales sin pudor.
Ministras y ecologistas que dan cobijo a ultranacionalistas de derechas (Junts, PNV), ministros y altos cargos del PSOE que montan orgías con prostitutas, malversan dinero público y contratan sin ir a trabajar, o que sueltan a violadores y rebajan las penas sin proteger a las víctimas y a sus acosadores encubiertos. Y no digamos “ecologista”, que no predican con el ejemplo pero incendian los bosques por abandono y contaminan el aire con cada vuelo sin razón del Falcon.
España sin nucleares, sin aprovechar la biomasa, sin fracking, sin esporádicos cortes de luz pese a las renovables, sin prevención y sin entregar las ayudas a los del terremoto en Lorca, el volcán de La Palma, la pandemia, las víctimas de la DANA o a los enfermos de ELA durante un año por retrasar la ley (causando más de mil muertes de las que nunca se hablan), por no hablar de los muertos del apagón o las minas ilegales en Asturias. Para ellos, los de las preposiciones, sólo Madrid mata.
Estamos sin oposición, habida cuenta que cuando interesa vota lo que defiende el grupo socialista en el Europarlamento o el Congreso. Sin oposición fuerte por empeñarse en oponerse más a Vox que a toda la izquierda cuatrera
Por no tener, estamos sin oposición, habida cuenta que cuando interesa vota lo que defiende el grupo socialista en el Europarlamento o el Congreso. Sin oposición fuerte por empeñarse en oponerse más a Vox que a toda la izquierda cuatrera montada en los infinitos escándalos de corrupción socialista. Hay apuestas que, llegado el caso, son capaces de pactar una gran coalición con aquellos que aborrecen ahora pero solo un poquito. También decían lo mismo de Puigdemont y si hay que pactar con él se pacta. El puente aéreo a Waterloo es cuestión de tiempo.
Pero tranquilos, que los socios de gobierno nos han dicho que la línea roja -después de haber traspasado cientos de ellas-, ya no es la sospecha de financiación ilegal del PSOE o la Internacional Socialista sino que se reemplaza por otra nueva cuando haya condena firme y sin recurso de apelación. O sea, otro sin palabras: sin responsabilidad penal, política ni ética en el reino de la impunidad sin vergüenza.
Estos son los principios de la alquimia política española y SIN no te gustan tenemos otros. Qué bonita democracia se nos está quedando. Merecería un retrato para la mejor pinacoteca del mundo en el Prado. Al menos mientras que no le quiten la seguridad, para evitar tentaciones de culpar siempre a los otros o a los vaivenes en la cotización de los commodities y se conviertan en la próxima excusa para seguir gobernando Sin nada. Lo malo es que sin nada no hay nada salvo la nada. A ver cómo hacemos para que comprendan sin limitaciones.










