Alta Fixsler ha sido eutanasiada por orden de los tribunales británicos
Como ya ha informado Hispanidad, en Reino Unido se han dado ya varios casos de niños que han sido eutanasiados después de que el Estado, por medio de los médicos y los jueces, ordenase la eutanasia y encima en contra de la voluntad de los padres. En concreto, Charlie Gard, Alfie Evans e Isaiah Haastrup fueron niños que murieron en Reino Unido tras retirarles el soporte vital contra el criterio de sus padres y a los que los médicos y la Justicia británicas impidieron trasladarles a otros países para recibir tratamiento.
Pues bien: se ha producido un nuevo caso en Reino Unido. Alta Fixsler, la niña británica de dos años cuyos padres lucharon por mantenerla con soporte vital, murió el 18 de octubre después de que se le retirara dicho soporte. Es un caso más en el que se muestra el evidente y perverso totalitarismo de un Estado y de unos médicos que niegan a unos padres el derecho a decidir sobre la vida de sus hijos, recoge Infocatólica de NCRegister.
Debido a una grave lesión cerebral sufrida al nacer, Fixsler no podía comer ni respirar sin ayuda y había pasado toda su vida en el Royal Manchester Children's Hospital. Sus padres, judíos jasídicos, se opusieron a retirarle el soporte vital y lucharon para que siguiera recibiendo cuidados.
Es un caso más en el que se muestra el evidente y perverso totalitarismo de un Estado y de unos médicos que niegan a unos padres el derecho a decidir sobre la vida de sus hijos
El Manchester University NHS Foundation Trust, responsable de su cuidado, pidió permiso en mayo para retirar el soporte vital de Fixsler. Los médicos argumentaron que Alta no tiene posibilidades de recuperarse y sufre un dolor constante, mientras que sus padres no están de acuerdo con que ella sufra un dolor constante y dicen que, como judíos jasídicos, consideran que la santidad de la vida es un principio fundamental.
El juez del Tribunal de Apelaciones desestimó la apelación de los padres y dijo que el juez del Tribunal Superior había “aplicado la prueba adecuada del interés superior del niño”.
En mayo, el Tribunal Superior británico falló en contra de los Fixsler, afirmando que la niña debía recibir cuidados paliativos y que se le debía retirar el soporte vital. El Alto Tribunal dijo que «Alta no tiene edad ni está en condiciones de conocer y adoptar los valores de sus padres».
El entonces presidente de Israel, Reuven Rivlin, hizo un llamamiento al príncipe Carlos en junio, diciendo que su situación era «un asunto de grave y urgente importancia humanitaria»
Tanto el Tribunal de Apelación como el Tribunal Supremo confirmaron la decisión del Tribunal Superior de Londres de retirar el soporte vital a Alta, al igual que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Los jueces dijeron que trasladarla del hospital no aportaría «ningún beneficio médico» y era arriesgado.
El caso de Fixsler atrajo la atención internacional cuando sus padres intentaron trasladarla del hospital de Manchester para que recibiera un tratamiento experimental en otro lugar. Hospitales de Israel y EEUU se habían ofrecido para tratarla y hasta senadores estadounidenses han intervenido en el caso: “Es inconcebible que el gobierno británico esté usurpando el papel de los padres”, recogió Hispanidad.
El padre de la niña, que es ciudadano tanto de Estados Unidos como de Israel, obtuvo un visado para su hija con el fin de llevarla a Estados Unidos para recibir atención médica. No se les permitió salir del hospital. Su madre también es ciudadana israelí.
El entonces presidente de Israel, Reuven Rivlin, hizo un llamamiento al príncipe Carlos en junio, diciendo que su situación era «un asunto de grave y urgente importancia humanitaria». «Es el ferviente deseo de sus padres, que son judíos devotos y ciudadanos israelíes, que su hija sea llevada a Israel», dijo Rivlin. «Sus creencias religiosas se oponen directamente a que se abandone el tratamiento médico que podría prolongar su vida y han tomado medidas para que sea trasladada de forma segura y continúe el tratamiento en Israel».
Tras perder sus recursos, los Fixsler preguntaron si podían sacar a su hija del hospital para que muriera en su casa. Pero incluso eso también se lo denegaron y un juez dictaminó que debía morir en un centro de acogida para niños