Cuarenta días después de Navidad, es decir, cada 2 de febrero, que este año 2024 cae en viernes, se celebra la Purificación de la Virgen, ceremonia que las mujeres judías tenían que cumplir tras dar a luz y el 2 de febrero se cumplen 40 días desde Navidad. 

Con la fiesta de la Purificación, como no podía ser de otra forma, llegó la correspondiente controversia teológica sobre cuándo termina el Navidad: con el bautismo del Señor (en 2023, el siete enero) o con la Purificación de Nuestra Señora, el 2 de febrero. Por eso algunos retiran el Belén en una fecha y otros en otra.

La cosa viene del Levítico, capítulo 12, que no se corta al explicar el alcance de la norma con pelos y señales. Ahí va: 

"Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda. 3 Y al octavo día se circuncidará al niño. 4 Más ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación. 5 Y si diere a luz hija, será inmunda dos semanas, conforme a su separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre.

6 Cuando los días de su purificación fueren cumplidos, por hijo o por hija, traerá un cordero de un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del tabernáculo de reunión, al sacerdote; 7 y él los ofrecerá delante de Jehová, y hará expiación por ella, y será limpia del flujo de su sangre. Esta es la ley para la que diere a luz hijo o hija. 8 Y si no tiene lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto y otro para expiación; y el sacerdote hará expiación por ella, y será limpia.".

Esto de la purificación de la Virgen María suena un poco raro, porque, como dijera el gran Lope... "qué había de purificar no habiendo sido manchada". En cualquier caso, la humildad de María le llevó a cumplir con hasta la última tilde de la ley y de aquella norma del Levítico nació la fiesta de la purificación, fiesta de las candelas, es decir, de la luz.

Aquellas Iglesias que todavía la celebran suele hacer una miniprocesión con las velas bendecidas ese día... que son las mismas velas que según varias revelaciones privadas, las mismas que nos aconsejan rodearnos de objetos bendecidos aseguran que serán las únicas luces que no se apaguen cuando llegue la gran oscuridad. 

No sé si será así pero lo sensato es mantener lo bueno y desechar lo malo. Y la bendición de las velas, un sacramental como otros varios, es cosa buena. No hay por qué abandonar la procesión y bendición de las candelas, cada 2 de febrero. Un tradición estupenda, por otra parte. Y por si acaso: guarde en casa las velas bendecidas ese día. No vaya a ser...