“Un niño que experimenta descontento acerca de su cuerpo en desarrollo, o la perspectiva de madurar hasta convertirse en una mujer o un hombre, tiene una abrumadora probabilidad de superar esos sentimientos, sin intervención”
Sí, como aseguramos en Hispanidad, claramente la necedad crece y se desborda en los tiempos que corren, pero parece que hay esperanza entre los jóvenes. Según un estudio realizado por el Observatorio de la Juventud de la Fundación SM, que ha encuestado a 1.500 jóvenes de entre 15 y 29 años, el 40% de nuestros jóvenes creen que todo el mantra del cambio climático y la crisis ambiental "se está exagerando".
Y la cosa no queda ahí, más del 70% ve imposible cambiar su estilo de vida consumista, eso sí, culpan de ello a las grandes empresas. El 72% cree que la protección del medioambiente debería ser prioritaria en la política, pero el 73% desconfía de los líderes políticos a la hora de alcanzar acuerdos. Y atenta Teresa Ribera, porque reclaman transiciones ecológicas justas con impuestos progresivos.
Y es que un tercio de los jóvenes muestra un activismo comprometido, participando en acciones de conservación y discutiendo sobre la necesidad de actuar frente al cambio climático, ¡peeeeero! la mayoría se muestra reacia a cambiar su estilo de vida.
Algo que ya pudimos ver en la Campaña contra el Hambre de Manos Unidas, que realizó un estudio, científico evidentemente, en el que se percataban de que los jóvenes tienen mayor disposición a cambiar de su vida aquello que menos les trastoque la economía (dejar de desperdiciar comida, optar por alimentos de temporada, alargar la vida útil de su móvil...), pero no están tan abiertos a cambiar cosas que le supongan una merma económica (comprar ropa más cara, apostar por marcas sostenibles o decidirse por un coche eléctrico).
Quizás entre los más jóvenes hay esperanza, y despiertan ante esta tontuna verde a la que estamos sometidos. ¡Ay Greta!, ¿dónde estás? Parece que tu generación se ha olvidado de tus nobles causas.
