Los cristianos son perseguidos en todo el mundo, también en Uganda
Comenzamos esta crónica semanal sobre persecución a los cristianos en Myanmar, porque el activista de derechos humanos Benedict Rogers denunció que la minoría cristiana de aquel país está sufriendo una violenta represión por parte del gobierno militar que tomó el poder en febrero, recogió Aciprensa.
El 1 de febrero, los militares tomaron por la fuerza el poder en Myanmar, país ubicado en el sudeste asiático. Las fuerzas de seguridad dispararon contra las personas que protestaban contra la medida. El grupo de defensa de la Asociación de Asistencia para Prisioneros Políticos informó que hasta el 27 de septiembre murieron 1.136 personas en los enfrentamientos.
Durante su intervención, Rogers, analista sénior sobre el este de Asia del grupo de derechos humanos Christian Solidarity Worldwide (CSW), explicó que los cristianos están siendo blanco de la violencia durante la continua represión de los militares contra los manifestantes que se oponen al golpe de Estado; y dijo que uno de los casos más actuales es el asesinato de un pastor cristiano.
El activista explicó que el pastor “fue asesinado a tiros mientras intentaba extinguir el fuego” de las viviendas, que estaban incendiándose luego de que “los militares dispararon artillería”. “Y no solo lo mataron, sino que le cortaron el dedo anular para quitarle el anillo de bodas”, precisó.
El grupo legal cristiano ADF International estima que actualmente se les niega el acceso a alimentos y atención médica a los más de 100.000 cristianos que viven en campos de desplazados internos en el norte de Myanmar.
Teníamos una escuela para niños con retraso mental y síndrome de Down de 6 a 10 años, a los que preparábamos para entrar en el sistema escolar público
No lejos de allí, en Afganistán, la hermana Shahnaz Bhatti, una religiosa paquistaní de las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida Thouret, tuvo que abandonar el país en agosto tras la reciente llegada de los talibanes, recoge Aciprensa.
En el año 2001, su congregación decidió unirse al proyecto ‘Salvad a los niños de Kabul’, que se inició por un llamamiento del Papa San Juan Pablo II.
La Iglesia en Italia respondió a este llamamiento de San Juan Pablo “con generosidad a través de la UISG (Unión Internacional de Superioras Generales) de Congregaciones religiosas”, destacó la religiosa.
“Teníamos una escuela para niños con retraso mental y síndrome de Down de 6 a 10 años, a los que preparábamos para entrar en el sistema escolar público. Con nosotras colaboraban maestros, cuidadores y cocineros nativos. Con la ayuda de las autoridades italianas pudimos llevarlos a ellos y a sus quince familias a Italia, donde han sido recibidos por congregaciones religiosas que han sido muy generosas y acogedoras”, explicó la religiosa.
“Ayudé a las Hermanas de la Madre Teresa, nuestras vecinas, a salir con sus catorce niños gravemente discapacitados y sin familia y a embarcar en el último vuelo a Italia antes de los atentados. Si ellos no hubieran sido rescatados, no nos hubiéramos ido”, añadió.
Además agradeció su ayuda al Ministerio de Asuntos Exteriores italiano y a la Cruz Roja Internacional “por ayudarnos a llegar al aeropuerto, y al P. Giovanni Scalese, representante de la Iglesia católica en Afganistán, que estuvo con nosotras hasta que nos fuimos”.
La hermana Shahnaz Bhatti explica que familias de niños que atendían en Kabul y que no han podido salir del país “siguen llamándonos y pidiéndonos ayuda, se han quedado en sus casas y corren peligro”.
Hemos visto algunos conventos de hermanas destruidos, iglesias cerradas. Hemos visto sacerdotes expulsados de sus parroquias y también a algunos seminaristas prohibidos de estudiar teología
Y en China, prosigue la persecución a los católicos, recoge Infocatólica de CNA. «Hemos visto algunos conventos de hermanas destruidos, iglesias cerradas. Hemos visto sacerdotes expulsados de sus parroquias y también a algunos seminaristas prohibidos de estudiar teología… y también obispos que son arrestados o en arresto domiciliario completo, las 24 horas del día», dijo el padre Cervellera.
Las iglesias católicas aprobadas por el gobierno, por otro lado, tienen comparativamente más libertad de culto, pero enfrentan otros desafíos, incluida la presión del gobierno para censurar partes de la enseñanza católica, al tiempo que incluyen el nacionalismo chino y el amor por el partido en la predicación.
Los sacerdotes católicos que trabajan en China legalmente deben firmar un documento en el que prometen apoyar al Partido Comunista en China. Solo se les permite ministrar en lugares de culto reconocidos en los que no se permite la entrada a menores de 18 años. «Y sobre todo, tienen que alabar la gloria del Partido Comunista», dijo Cervellera.
En los años posteriores al establecimiento de la República Popular China, muchos católicos fueron arrestados por negarse a cumplir con las campañas gubernamentales para eliminar la influencia extranjera y nacionalizar las escuelas privadas.