Por desgracia, no es el primer caso en el que una casa okupada se convierte en una planta donde el okupa aprovecha el terreno para cultivar marihuana. 

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Álvaro cuenta su historia a Antena 3, más bien el calvario que lleva viviendo tres años, cuando unos okupas decidieron entrar en su casa y convertir su propiedad en una plantación ilegal de marihuana. Aprovecharon que la puerta de su casa estaba abierta para colarse y ya no salir.

Los okupas niegan tanto la okupación como la plantación de marihuana, pero el fuerte olor a marihuana, los enganches de la luz y la cantidad de aparatos de aire acondicionado les delatan, es más, la propia policía pudo comprobarlo hace unos días: en la propiedad hay 400 plantas de marihuana.

Algo que no es ninguna sorpresa para Álvaro, que denunció la situación hace tiempo: "Que las personas que habitan actualmente en el domicilio, supuestamente, realizan hechos delictivos de diversa índole. Que, también tiene constancia por vecinos, de que pudieran estar cultivando marihuana". Pese a las evidencias, los juzgados de Carmona archivaron el caso porque "No resulta debidamente justificada la perpetración del delito leve, por lo que, procede a acordar el sobreseimiento provisional".

Cuando la policía acudió a la vivienda, detuvo a tres personas, pero ya han quedado en libertad. El resto de okupas sigue en la casa de Álvaro, el cual asegura que la situación es insostenible para él, viéndose obligado a dejar de pagar la hipoteca: "Las leyes son las que hay, ellos están en mi casa y yo estoy aquí", asegura indignado, mostrando su asombro porque, si fuera él el que entra en su casa okupada, sería detenido en el momento.