La Conferencia Episcopal ha presentado los datos de la campaña de la Renta del año 2022 que corresponde al ejercicio fiscal de 2021, en la rueda de prensa han intervenido el vicesecretario para Asuntos Económicos, Fernando Giménez Barriocanal, y el director del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, José María Albalad Aiguabella.

Primero vamos con las buenas noticias,según los datos presentados el número de declaraciones han aumentado en 84.201, más del doble que en el año anterior, "lo que supone un importante respaldo a la labor de la Iglesia". En conjunto, más de 8,5 millones de españoles marcan la casilla de la Iglesia teniendo en cuenta las declaraciones individuales y las conjuntas, lo que supone el 31,29% de las declaraciones presentadas. El importe total asignado a la Iglesia se sitúa en los 320.723.062 euros, lo que supone un incremento del 8,5%. De media, la aportación que recibe la Iglesia de cada contribuyente que marca la casilla de la X es de 37,73 euros. 

El número total de declaraciones a favor de la Iglesia ha aumentado en 14 de las 17 comunidades autónomas, especialmente Andalucía, Madrid, Castilla-La Mancha y Comunidad valenciana, y 10 comunidades se sitúan por encima de la media en % de asignantes, destacando Castilla-La Mancha (44,2%), La Rioja (43,5%), Extremadura (43,4%), Murcia (42,6%) y Castilla y León (41,7%).

El importe asignado también se ha incrementado en todas las comunidades autónomas, en términos absolutos, los mayores aumentos en euros asignados se producen en Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana. Por Delegaciones de Hacienda la provincia con más asignación continúa siendo Ciudad Real (51,62%), seguida de Jaén (47,35%) y Badajoz (43,03%). En valor absoluto, las delegaciones de Hacienda donde han crecido más el número de asignaciones son Madrid, Sevilla, Málaga y Murcia.

Estas cifras van a permitir a la Iglesia "hacer frente al aumento de las necesidades sociales en un contexto económico difícil", "muchas personas sostienen la vida de la Iglesia en España con su oración, con la entrega de su tiempo y con la aportación económica, que se hace visible de manera especial en la casilla de la declaración de la renta. A todos ellos va un agradecimiento especial". 

No obstante, en estas cuentas también hay una dosis de realidad, "la asignación tributaria supone, como media, el 22% de la financiación de las diócesis", lo que supone una "progresiva mejora de la capicidad de financiación propia por otras vías al margen de la declaración de la renta (aumento de las colectas propias, trabajo de las oficinas de sostenimiento en las diócesis, etc.)". O dicho en otras palabras, la asignación tributaria apenas supone el 22% de la recaudación total de la Iglesia que proviene, en su gran mayoría, de las limosnas de los fieles. Y es que el oro, el arte y las catedrales son para el culto, no para el disfrute de los curas. La realidad es que la Iglesia no es rica, es más pobre que las ratas... 

Y ojo, que no debemos olvidar que en 2020 casi la mitad de las diócesis españolas, 34 de 69, entraron en déficit, ya que el cierre de los templos provocó una disminución del 7% de las aportaciones de los fieles. Este déficit, en gran parte, es culpa de la propia Iglesia, que cerró los templos durante la pandemia. Pero, a lo importante, la situación no es buena, aunque hayan aumentado las personas que colaboran con la Iglesia.