A poca distancia de la manifestación convocada por el PP, en el madrileño Templo de Debod, las juventudes de Vox habían llamado a otra protesta, con el mismo fin, denunciar la corrupción del Gobierno Sánchez. Aunque el fin era el mismo, Vox ya se distanció en su día de la participación en la concentracion organizada por el PP de Feijóo. De hecho, los de Abascal rechazaron la manifestación del PP, a la que calificaron de tomadura de pelo por el hecho de que se sienten a negociar con el PSOE cuando supuestamente los consideran una mafia.

Y es que, aunque la estrategia sanchista se centre en identificar PP con Vox y Vox con PP, les separan algo más que los resultados electorales. Resultados que, por otra parte, les posibilitarían llegar juntos a un próximo Gobierno.

Como decíamos aspectos como las medidas contra la violencia de género, identificada así por el PP y, doméstica, para Vox o, la inmigración ilegal, en la que por cierto, cada vez más el PP suscribe medidas de Vox, separarían a ambas formaciones.

Pero, volviendo a las manifestaciones del fin de semana en Madrid, mientras en la del PP todo transcurría con normalidad, en la de Vox, la Policía de Marlaska repitió la actuación que mantuvo contra quienes rezaban el rosario, en el mismo lugar, en Ferraz.

 

Conclusión: al ministro del Interior no le gustan ni los ancianos que rezan, ni los jóvenes que se rebelan contra el Gobierno Sánchez.