Al igual que Piratas del Caribe, Jungle Cruise está inspirada en una atracción del parque temático de Disneyland. El escenario de la acción transcurre en una expedición en barco por la selva amazónica. En la ficción una aguerrida investigadora contratará a un carismático capitán a la búsqueda de una flor sagrada, que podría suponer un revulsivo en la medicina e, incluso, resucitar a los muertos.

Heredera claramente de clásicos de aventuras como la saga de Indiana Jones, Jungle Cruise posee un argumento desequilibrado porque mientras la primera hora de metraje (dura 127 minutos) agrada mucho porque discurre por los parámetros típicos del género, donde encontramos una heroína que conquista con su ingenio y resolución, un hermano “blandito” (el toque políticamente correcto de la película) que provoca sonrisas con su comportamiento atildado en plena selva y un capitán de barco tan valiente como truhán, la segunda hora desbarra al introducir elementos fantásticos y personajes disparatados muy similares a los que contemplamos en la saga de Piratas del Caribe. Con recuerdo a la leyenda Negra española, en esta ocasión del polémico conquistador español Lope de Aguirre, el que se obsesionó por la búsqueda de El Dorado. Por cierto, no sólo en el argumento de esta historia hay un acento español sino también en el apartado técnico, puesto que el director de la película es Jaume Collet-Serra, un realizador al que conocemos gracias a sus films de acción protagonizados por Liam Neesom (Sin identidad, Non-Stop y Una noche para sobrevivir). Su pericia se aprecia en lo bien rodadas que están las escenas en  movimiento. Igualmente el acento español lo encontramos en el reparto donde reconocerán a Dani Rovira y Quim Gutiérrez, y en el vestuario, responsabilidad de otro compatriota, Paco Delgado, que ha hecho un completo trabajo abarcando una amplia variedad de trajes, desde conquistadores españoles de la década del siglo XVI, hasta ciudadanos de principios del siglo XX y pueblos indígenas de la selva.

Al tratarse de una superproducción Disney, toda la puesta en escena se ha cuidado hasta el último detalle, aunque su guión parece hecho de retales y es algo embrollado. La Quila, el barco del capitán Frank Wolff, es una embarcación totalmente operativa, a pesar de su aspecto desvencijado, la banda sonora (maravillosa) es responsabilidad del gran compositor James Newton Howard, y en el aspecto lingüístico se escucha el español del siglo XVI y el omaguá, que es un idioma de la familia de lenguas tupi-guaraní del suroeste de Brasil. Asimismo el reparto es de campanillas encabezado con el popular Dwayne Johnson y la maravillosa actriz británica Emily Blunt (ahora también en cartel en el excelente thriller Un Lugar traquilo 2) o Paul Giamatti.

Para: los que les guste el cine de palomitas “made in Disney”.