Decíamos en Hispanidad que el documental de protagonizado por la hija de Rocío Jurado: Rocío Carrasco: contar la verdad para seguir viva -en el que relató los supuestos episodios de violencia física y psicológica por parte de Antonio David Flores- marcó un antes y un después en la denuncia de la violencia de género. Tanto es así que la propia ministra de Igualdad, Irene Montero llegó a intervernir en 'Sálvame' de Telecinco y a calificar el documental como un ejercicio de "un periodismo que legitima la voz de la mujer contra la violencia machista". Además, en su día, expresó que Rocío le parecía una valiente y que su historia podía servir a muchas mujeres.

No sólo Irene, hasta el propio presidente Sánchez llamó a la protagonista del programa para prestarle su apoyo. Y en más de una ocasión la entonces portavoz del PSOE, Adriana Lastra, le recordó que no estaba sola a la hija de la folclórica.

Pues bien, la ministra de Igualdad se ratifica en su interpretación de hace un año, porque tanto ella,como todo su equipo, tenían claro que era un caso de violencia de género y de que Rociíto era una víctima. De la presunción de inocencia del aludido como agresor, la expareja de Rociíto, Antonio David Flores, ni una palabra. Repetimos, tanto Irene como su equipo -quienes pensaron "todas juntas" después de ver el documental- lo tenían muy claro, Rociíto, víctima, Antonio David, agresor. Por cierto, llama la atención un dato que publica Ok diario, del personal que trabaja con Montero el número de puestos reservados pasa a casi triplicarse con respecto a 2021 en la previsión que recoge el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2023, presentado el pasado jueves en el Congreso de los Diputados para iniciar su tramitación parlamentaria. Un total de 302 plazas, de las que un 43,7% no necesita estudios superiores... Pero, tranquilos, está todo solucionado. Son muchos cerebros, pensando juntas.