Artefactos pirotécnicos -no hechos para matar sino para iluminar- contra embajadas ucranianas, rusas, empresas de armamento y... hasta contra Pedro Sánchez. ¡Qué vergüenza! Y los sinvergüenzas de las memes recordando las balas que dramatizara Pablo Iglesias, algo así como el atentado contra Cristina Fernández, porque todo progre que exista tiende a hacerse la víctima de vez en cuando, especialmente cuando le van a juzgar o en vísperas electorales.

Lo mejor fue lo de RTVE, en su informativo del mediodía del viernes, tras no sé cuántos envíos de sus bombitas pirotécnicas, abriendo telediario, soltaron lo siguiente: "el Gobierno ya está seguro de que los envíos están directamente relacionados con la guerra de Ucrania". Así, como suena, bombitas, enviadas a las embajadas de Ucrania y de Rusia, a fábricas de armas para Ucrania más otra enviada a Moncloa, de la que nos enteramos con siete días de retraso y que probablemente se trata de unos cohetes comprados a los chinos por el Bolas (en el mundo, Félix Bolaños, ministro de la Presidencia)... y el Gobierno español, en un alarde de inteligencia, seguramente artificial, concluye que esto tiene algo que ver con la guerra de Ucrania. ¡Este chico es un portento! ¡Sabe más que Lepe, Lepijo y su hijo! 

HEMOS DESCONECTAO

Y lo mismo el ministro Grande-Marlaska, para quien las bombitas "podrían estar relacionadas con la invasión de Ucrania por Rusia". Astuto, viejo zorro.

Con el conflicto de Ucrania ocurre lo mismo que con la segunda pandemia: tantas cosas que no sabemos...

La verdad es que no sabemos nada de la Guerra de Ucrania pero sí sabemos que no conviene tomarse a chirigota las amenazas de Vladimir Putin. No le creíamos cuando nos dijo que iba a invadir Ucrania e iniciar la primera guerra en Europa desde 1945 -alguna ha habido, pero muy localizada- y lo hizo. Y ahora tenemos a Lavrov, lugarteniente diplomático de Putin -otro que, como su antecesor, Andrei Gromiko, ministro de Exteriores de la URSS, se sentaría en un cubo de hielo si se lo ordenan sus superiores- y advierte del peligro de guerra nuclear... global.

En definitiva, como asegura Francisco, la III Guerra Mundial ya ha comenzado. Por trozos. Ahora bien, ¿será guerra nuclear?

En cualquier caso, con el conflicto de Ucrania ocurre lo mismo que con la segunda pandemia: tantas cosas que no sabemos. Por no saber, ni tan siquiera tenemos claro quiénes son los buenos, donde está el origen y hasta dónde se puede llegar. Sí, sabemos por qué Putin choca con Occidente. Porque Putin, hombre cruel, es un personaje que cree en algo mientras que Occidente ni se sabe en qué cree y cuando no se cree en nada no se está dispuesto a dar la vida por nada. Aquí los únicos que se están jugando la vida son los ucranianos.

Pero que el peligro de guerra nuclear existe... ¡es lo único que sabemos!