Según el estudio, las exclusiones que sufren las personas no binarias producen efectos materiales y concretos, por ejemplo, en experiencias de evitación y desconfianza sobre las instituciones y servicios públicos básicos
El ministerio de Igualdad ha impulsado, a través de la Dirección General de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI el "Estudio sobre las necesidades y demandas de las personas no binarias en España". El estudio, lo ha presentado Boti G. Rodrigo, responsable de dicha dirección, quien ha expresado que es una satisfacción, "no solo por su importancia, si no por cómo está hecho a nivel metodológico". Además, es el resultado "de un ilusionante trabajo colectivo y de la implicación activa de muchas personas. Un ejercicio de reflexión colectiva que se debe traducir en la creación de conocimiento útil que apoye la promoción de políticas públicas concretas y de cambios sociales necesarios".
Según la autora del estudio, Isabel López, este es un trabajo dónde "nosotros hemos articulado la metodología, pero que realmente se ha llevado a cabo gracias a muchas personas, alrededor de 2.000, aunque el trabajo sea cualitativo". Haciendo el estudio, ha destacado, "nos hemos dado cuenta que había la necesidad de levantar la voz. Había muchas ganas de colaborar y hablar". López ha definido el estudio, llevado acabo entre mayo del 2021 y febrero de 2022, como pionero y con el objetivo principal "de conocer las necesidades y demandas de las personas no binarias en España. Que para este caso concreto, han sido todas esas personas cuya experiencia con el género, encajan en esta etiqueta, la utilicen o no para identificarse".
Para Gorka Tobalina -en su caso, autor del estudio- los datos que hay en este estudio, "pueden ser de una gran valía para llevar a cabo políticas públicas y mejorar la vida de las personas". El estudio nos habla también, "sobre cuáles son las condiciones particulares de vulnerabilidad a las que se enfrentan las personas no binarias en su vida cotidiana".
Las exclusiones que sufren los no binarios producen efectos materiales y concretos, por ejemplo, en experiencias de evitación y desconfianza sobre las instituciones y servicios públicos básicos. Esto, se traduce en miedo a las consecuencias de la visibilidad pública, así como en incertidumbre hacia las relaciones sociales y en precarización de las condiciones de vida.
Algunos datos del estudio, recogen el no binarismo de género como fenómeno social emergente que se hace visible y con un aumento de la tendencia en los últimos ocho años. El 95% de las personas que han participado en el estudio, tiene menos de 35 años, y un 75% declara que tenía entre 15 y 25 años cuando encontró la primera etiqueta relativa al género no binario.
En ese sentido, se identifica a los grupos de amistades, los grupos de iguales y el contexto digital, como los entornos facilitadores de recursos materiales y afectivos más relevantes para la transición o evolución en el género. Por el contrario, se encuentra que el entorno familiar y los ámbitos educativo, sanitario y laboral, son identificados como los entornos más inseguros y que imponen las limitaciones más importantes para acceder a recursos materiales y afectivos para la transición y/o evolución en el género. El 60%, considera que reconsiderar los modelos de registro del sexo para propósitos públicos y abordar el reconocimiento de las personas no binarias son desafíos prioritarios.
Por otra parte, el estudio también señala que el modelo vigente de definición y aplicación de la identidad género en el acceso a recursos y políticas públicas, producen condiciones particulares de desigualdad y barreras específicas, que se deben al desconocimiento en la atención a posibilidades de género.
Dichas exclusiones producen efectos materiales y concretos, por ejemplo, en experiencias de evitación y desconfianza sobre las instituciones y servicios públicos básicos. Esto, se traduce en miedo a las consecuencias de la visibilidad pública, así como en incertidumbre hacia las relaciones sociales y en precarización de las condiciones de vida.
Entre otras conclusiones, el estudio afirma que se hace patente la falta de un debate social serio, respetuoso y riguroso que se pregunte por las respuestas que como sociedad se quieren dar a los desafíos que estas vivencias y experiencias no binarias plantean.
Espero que lo hayan entendido todo.