Vamos con los sacerdotes: el número ha descendido de 16.126 en 2021 hasta los 15.669 de un año más tarde. Mientras, el pasado año los seminaristas bajaron por vez primera de 1.000.  

Vamos, una Iglesia de piedras, que no de hombres. El parque inmobiliario de la Iglesia es para nota.

La solución más profunda que prefieren muchos progres y algún que otro jerarca eclesiástico consiste en acabar con el celibato. Me explico, que si pudieran copular habría más curas: ¿a que no?

Algunas altas jerarquías aseguran que todo se arreglaría con lo supresión del celibato. O sea, que no son capaces de vivir la castidad y ¿van a saber vivir la pobreza y la obediencia, es decir, la humildad? ¡Anda ya!

Al final vuelve a caer a mínimos tanto el número de nuevos curas como el número de seminaristas, y la crisis afecta tanto al clero regular como al secular. La iglesia está compuesta por clérigos y laicos, no por piedras y objetos de arte. Además, los curas se han reducido en número hasta tal punto que alguno puede morir como un perro. Sí, morir sin la atención espiritual necesaria. Ya está ocurriendo y es muy duro.

Por cierto, cuando vuelva el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra? Como me comentaba una francesa en mi país hay un cura por cada 70 campanarios

De cualquier forma, seguimos en la Iglesia de minorías que describiera Benedicto XVI. No, no es bueno, pero es otra prueba de la veracidad de nuestra fe 

De cualquier forma, seguimos en la Iglesia de minorías que describiera Benedicto XVI. No, no es bueno, porque de 100 almas interesan 100, pero es otra prueba de la veracidad de nuestra fe. Lo he dicho ya en otras ocasiones: sorprende que el número de españoles que acuden a misa cada domingo cae... al tiempo que aumenta el número de quienes acuden a la Eucaristía diaria. ¿Sorprendente, verdad?