El lunes 2 de octubre el Opus Dei cumplirá 95 años, probablemente en uno de los peores momentos de su historia. El Vaticano ha convertido al campeón de los laicos en una asociación clerical, que no está nada mal.  

La caída del Opus Dei, por obediencia debido al Papa, supone, además, regresar al clericalismo, en un momento en que buena parte del clero ha dejado de ser pastor para ser lobo, en los actuales tiempos de la gran tribulación

Me lo cuenta un miembro supernumerario del Opus Dei: nada de teorías sobre la laicidad: ¿quieres saber de qué forma, en la práctica, el 'motu proppio' del Papa Francisco va a cargarse el Opus Dei? Sencillito: forzando a los curas numerarios -aquellos que están a las órdenes directas del prelado- a obedecer a los obispos, la mayoría de los cuales andan escasos de sacerdotes. El obispo enviará a los curas numerarios a ejercer en una parroquia u otros centros diocesanos. Es cierto que el espíritu del Opus Dei es laical, pero también lo es que sus centros están atendidos por curas que obedecían a la prelatura y que, por tanto, administran los sacramentos los laicos y se guían por el espíritu laical de San José María Escrivá. Si les obliga a depender del obispo diocesano no podrán atender las actividades de la Prelatura, incluidas la formación de socios numerarios y agregados, seglares o sacerdotes. En resumen, poner a los laicos a disposición de los obispos.

El ejemplo más claro radica en el Santuario de Torreciudad. De repente, pero en coincidencia temporal con el 'motu proprio', el obispo de Barbastro, Ángel Pérez Pueyo, decide que un cura anciano debe ser el rector o mandamás del Santuario mariano, por encima del nombrado por el prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz. Hablamos de una ermita casi abandonada que el Opus Dei convirtió en un gran centro de peregrinación y donde a un párroco jubilado se le manda a Torreciudad no para que ejerza de director sino para dejar claro quién manda en el Santuario, porque ahora no sois más que una asociación clerical a mis órdenes.

Algo parecido a lo que ocurrió con las inmatriculaciones cuando los podemitas aseguraban que la catedral de Zaragoza era del pueblo porque la Iglesia no podría demostrar su propiedad. Una catedral, ¿comprenden?, construida por los católicos hace equis siglos y mantenida por los católicos. Como la iglesia la puso en pie y la utilizó desde antes que existieran los registros de la propiedad y por lo tanto sus papeles son más que discutibles, Podemos y el PSOE se la querían quedar. Y lo malo no es el robo, lo malo es que en un año en poder de Podemos, las catedrales, obras de arte preciosísimas, estarían desvencijadas, como hoy están en ruinas basílicas y otras maravillas del culto que fueron desamortizadas en el siglo XIX por los progresistas de la época y que hoy son una mera ruina.

Curioso porque es como pensar que los miles de peregrinos que acuden a Torreciudad lo van a seguir haciendo si deja de ser un centro regido por el Opus Dei y se convierte en una dirección general del señor Obispo de Barbastro. 

Destruir la obra de San Josemaría es arramblar con la columna más firme de la Iglesia durante el siglo XX y en este siglo XXI, uno de los peores tiempos de la historia de la Iglesia, pues estamos en los albores de la Gran Tribulación

En serio, los jesuitas, el enemigo histórico de la Obra en el seno de la Iglesia, tratan de acabar con el Opus Dei. Ya lo intentaron en su momento. No lo consiguieron, pero poco menos que hubo que refundar la institución. Al final, ocurrió algo parecido a lo de San Juan XXIII y san Pío de la Pietrelcina. El Papa bueno, al final de su vida, aseguraba que "con el Padre Pío me engañaron". Pero la persecución fue tenebrosa. 

Con el Opus Dei, a Francisco le están engañando sus propios compañeros de orden de la Compañía de Jesús. 

Mira que la Obra atravesaba una crisis, pero el que tuvo retuvo y destruir la obra de San Josemaría es arramblar con la columna más firme de la Iglesia durante el siglo XX, en uno de los peores tiempos de la historia de la Iglesia, en la Gran Tribulación. En cerca de un siglo de existencia, el Opus Dei ha sido referencia segura en momentos de confusión. Ahora, la influencia jesuita en el Vaticano pretende finiquitarlo.

La caída del Opus Dei, por obediencia debida al Papa, supone, además, regresar al clericalismo, en un momento en que buena parte del clero ha dejado de ser pastor para ser lobo, en los actuales tiempos de la gran tribulación. Como para echarse a temblar: no saben lo que hacen porque no sabe lo que deshacen.

En cerca de un siglo de existencia, el Opus Dei ha sido referencia segura en momentos de confusión. Ahora, la influencia jesuita en el Vaticano pretende finiquitarlo

Es el momento de recordar la frase precisamente, del fundador del Opus Dei, San Josemaría. Ya saben: dos más dos son cuatro pero "Dos más dos más Dios..."