La diferencia entre fallecimientos y nacimientos durante el primer trimestre del año fue de 44.521 personas, según datos publicados este miércoles por el INE. Una barbaridad que pone sobre la mesa la cruda realidad de la sociedad española, inmersa como nunca antes en la cultura de la muerte.

La situación es muy preocupante… y muy triste. No solo no hay relevo generacional, sino que vamos derechos hacia la extinción. España se muere sin remedio mientras ningún partido con representación parlamentaria lleva en su programa un plan real y eficaz para fomentar la natalidad. Tampoco Vox, el único que defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural, aunque a veces parece que le da miedo decirlo.

Y no es tan difícil. Solo hay que aprobar un salario maternal que no debería ser inferior a la mitad del salario mínimo, por cada hijo, trabaje la mujer o sea ama de casa. Y eso hasta que los hijos se emancipen. El dinero no es excusa: solo el Ministerio de Igualdad tiene un presupuesto de más de 500 millones de euros para 2022 y otros 20.000 millones disponibles hasta 2025, para políticas de igualdad. ¿Acaso hay mejor inversión que el salario maternal?

Lamentablemente, España va en la dirección opuesta y cada año el aborto supone el asesinato de más de 90.000 niños antes de nacer, y eso sin contar los muertos por la píldora del día después.