Este virus es un bicho muy raro y está provocando pánico generalizado, un tanto patético, en un pueblo muy crédulo
Hoy día de Reyes mi diario de pandemia se lo cedo al genial artículo del exministro Jorge Fernández publicado en La Razón, el pasado 2 de enero. Lo cuenta mucho mejor de lo que pueda contarlo yo y describe a la perfección otro de los enigmas Covid: la desaparición milagrosa de la gripe común, que no deja de ser la de la ferocísima pandemia de 1918, la mal llamada gripe española, que con tanto denuedo citaba y recitaba, allá por 2020, un señor muy presumido llamado Pedro Sánchez.
Y es que este virus es un bicho muy raro y está provocando pánico generalizado, un tanto patético, en un pueblo muy crédulo. Ojo, no hablo del pueblo español, me refiero al conjunto del Occidente cristiano, y de ahí mi pena. El pánico en el resto de la humanidad, lo encuentro de lo más lógico: si no tienen a Cristo no tienen nada. Yo también estaría aterrado ante una amenaza desconocida si no tuviera esperanza. Y la esperanza consiste en la confianza en Jesús de Nazaret, lo que los místicos han llamado infancia espiritual, reiteradamente, a lo largo de la historia. Insisto: mejor confiar en la Providencia que en la ciencia, que nos está fallando más que una escopeta de feria.
No se pierdan el artículo de Fernández en La Razón y reparen, por favor, en el término histeria. Pasen y lean aquí.