Contamos en Hispanidad que el Ayuntamiento de Castellón -gobernado por los socialistas, Compromís y Podemos- daba inicio a los trabajos previos para el derribo de la Cruz del Parque Ribalta, entorno que quedó perimetrado, en virtud de la ley de Memoria Histórica.

Abogados Cristianos anunció la presentación de una querella contra la concejal Pilar Escuder por un presunto delito de prevaricación y solicitó medidas cautelarísimas para paralizar la retirada de la Cruz. 

Recordar que en su día el portavoz de Compromís per Castelló, Ignasi García, junto al diputado nacional, Joan Baldoví, y la portavoz del partido nacionalista en las Cortes Valencianas, Mónica Álvaro, insistieron en su intención de retirar la Cruz del parque Ribalta porque, según él...¡es un símbolo franquista!

Por muchos esfuerzos que se han llevado a cabo, la Cruz finalmente ha sido retirada, así lo confirmaba Abogados Cristianos.

Poco más que añadir, solo un apunte, este bochorno e innecesario espectáculo, además de un ataque de odio hacia los católicos, ha costado 70.000 euros. Eso es gestionar bien los fondos públicos.