Manuel Bermúdez tiene una familia poliamorosa con tres esposos. Tal como publica El País Bermúdez protagonizó junto a Alejandro Rodríguez la primera unión marital homosexual en Colombia en el año 2000. Posteriormente integraron en la pareja a Esnéider Zabala, con lo que se convirtieron en una 'trieja'. Ahora, su familia acaba de ser reconocida por la justicia colombiana con una decisión que reivindica sus derechos pensionales y revoluciona -según El País- las leyes de Colombia.

Con el tiempo, decidieron sumar a otro compañero. Víctor Prada, actor de teatro y estudiante de sicoanálisis, se convirtió en “el cuarto”. “Así me presentaban. La primera noche no dormí de la emoción porque estaba con tres hombres en la cama”, recuerda él, que después de un tiempo de noviazgo con los tres entró a la familia y se fue a vivir con ellos. Su sueño, dice, siempre fue tener una familia estable y la encontró ahí.

En 2014, a Esnéider le diagnosticaron cáncer de estómago y le anunciaron que le quedaban tres meses de vida. Manuel y Alejandro pidieron al fondo de pensiones al que estaba afiliado Esnéider que les reconociera una pensión de sobrevivientes como beneficiarios de su ser querido fallecido. Sería un 50% para cada uno. El fondo privado se la negó argumentando que no reconocía a las familias poliamorosas, sino solo a las de dos personas y, que la madre del muchacho ya había pedido la pensión. Pero como su relación era pública, lograron demostrar el requisito de convivencia de cinco años ante un juez. Luego, el Tribunal de Medellín les dio la razón, indicó que la madre no vivía con Esnéider y ordenó al fondo entregarles el dinero correspondiente y con efecto retroactivo.

Habían pasado cuatro años desde la muerte de Esnéider. En una sorprendente sentencia para una justicia muchas veces conservadora -recalca El País-, el tribunal dijo que su decisión se basaba en la importancia de la autonomía. “Varias personas, sin importar su sexo, pueden confluir con el ánimo de construir una familia y una persona puede amar a dos a la vez y también tres se pueden amar entre sí”, argumentaron los magistrados.

Hasta ahora, en Colombia se permitía dividir la pensión de sobreviviente entre cónyuge y compañero permanente, es decir, entre el viudo o la viuda y el o la amante, que debían vivir en casas separadas, pero no entre los diferentes miembros de las relaciones poliamorosas que convivían de forma estable.

El artículo de El País finaliza con las declaraciones de los esposos beneficiados por la pensión: “Para nosotros, no se trata de la plata, sino de la defensa de nuestra familia”, dice Manuel, sentado en el primer piso de la casa donde tienen un teatro. Solo él y Alejandro recibirán medio salario mínimo cada uno. Víctor, no. Él llevaba en la relación un año y medio cuando murió Esnéider, así que no cumplía los requisitos. “Yo nunca exigí nada porque legalmente no me cobija, pero yo también perdí a mi ser amado y soy viudo”, dice.

“De aquí en adelante, cualquiera puede pensar en todas las potencialidades del matrimonio de tres o en el poliamor. Este magistrado va a pasar a la historia como el que se atrevió a meter en la jurisprudencia por primera vez, esas palabras que no existían”, afirma Manuel. En Medellín ya se habla de un grupo de poliamorosos que se quieren casar.

Y mientras, en otras partes del mundo -una minoría por ahora- si crees en la vida y en la familia... eres un natalista de tomo y lomo