
Decíamos en Hispanidad que Silvia Orriols, quien fundó un partido político, de nombre Aliança Catalana, presidido por ella misma, que ahora gobierna en Ripoll (localidad gerundense de 10.000 habitantes) exclamó: “Permitir la entrada masiva de inmigrantes musulmanes es un error que podemos pagar muy caro, porque básicamente los musulmanes no reconocen las democracia europeas ni nuestras leyes civiles”.
De hecho, la alcaldesa de Ripoll ha sido denunciada en más de una ocasion por islamofobia. Por ejemplo, en octubre del año pasado, la Generalitat de Cataluña multó a la regidora con 10.000 euros por decir que el islamismo radical va en contra de los valores occidentales. Además, la Fundación Ibn Battuta, que asiste a la comunidad árabe en Europa, ha presentado una denunciado contra la regidora, por delitos de odio y por negar el empadronamiento a personas migrantes de origen islámico.
Pues bien, ahora la primera edil ha prohibido el burkini en las piscinas públicas "por seguridad": "Los usuarios de toda la vida habían dejado de ir". Orriols asegura que el burkini dificulta las tareas de rescate en caso de emergencia y que se trata de un critero "meramente técnico".

La decisión de Orriols choca frontalmente con la normativa catalana de igualdad, implementada hace lustro, que expresamente reconoce el derecho a utilizar vestimentas completas de baño, incluyendo los burkinis, como parte de la libertad individual. La misma legislación que, a la vez, también ampara prácticas como el topless en espacios acuáticos públicos.
Así las cosas, la decisión de la edil no ha gustado a Salvador Illa: "¿Usted, defensora de la mujeres? ¿Qué broma es esta?" Le ha preguntado el presidente catalán a Orriols: "Usted expulsa a la gente, usted practica un discurso de odio, usted no es digna de representar a Cataluña".









