Ocurrió en la pasada jornada electoral del 28-M. A un cura madrileño le tocó en suerte estar en una mesa electoral. Al final, el apoderado de cierto partido de izquierdas, vestido como iba el mosén con su clériman reglamentario, no podía por menos de arremeter en alta voz, contra los privilegios de la Iglesia: estaba escrito en la historia de los pueblos. 

La respuesta del párroco fue simple: "En Madrid, durante 2022, Cáritas, es decir, la Iglesia, atendió a 120.000 vulnerables: ¿a cuántos atendió su partido?". ¡Fuese y no hubo nada!

Y que conste que la Iglesia no está para proteger a los pobres porque no sólo de pan vive el hombre, pero, de vez en cuando, no está mal recordarle a los políticos, o a sus colaboradores, que directamente, ellos no hacen nada por los pobres, todo lo hacen con el dinero de nuestros impuestos, que son de pago obligatorio.