El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, denunció este martes ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) la persecución del régimen de Daniel Ortega a los cristianos en Nicaragua, a los que invitó a refugiarse en su país, recoge PanamPost.

Bolsonaro condenó la persecución religiosa que se vive en el mundo. Y denunció particularmente lo que sucede en Nicaragua bajo el régimen sandinista: «Quiero anunciar que Brasil abre sus puertas para acoger a los sacerdotes y monjas perseguidos en Nicaragua», declaró Bolsonaro ante la Asamblea General de la ONU.

Y es que la dictadura de Daniel Ortega no ha tenido clemencia ni con las Misioneras de la Caridad, la orden de la Madre Teresa de Calculta, quienes fueron deportadas a mediados de año. En agosto se exacerbó la persecución religiosa en Nicaragua. En un solo día, la dictadura canceló siete emisoras de radio católicas, allanó una iglesia y además ha secuestrado sacerdotes. El más destacado ha sido el caso del obispo Rolando Álvarez, que está bajo arresto domiciliario desde el pasado 19 de agosto. Las fuerzas del régimen lo sacaron del palacio arzobispal para encarcelarlo, junto a otros cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo.

Tiene padecimientos cardiológicos y toda la situación lo ha agravado

Precisamente, el diario nicaragüense La Prensa ha informado de que se deteriora la salud de Mons. Rolando Álvarez.

En una nota del 19 de septiembre y citando fuentes ligadas a la Conferencia Episcopal, el diario indicó que los problemas cardíacos de Mons. Rolando Álvarez se han agudizado.

“Nosotros no manejamos mucha información. Realmente sabemos lo que todos, monseñor Rolando en su casa, con sus problemas de salud, ya que antes de ser capturado estaba asistiendo periódicamente al doctor ya que tiene padecimientos cardiológicos y toda la situación lo ha agravado”, dijeron las fuentes que pidieron mantenerse en el anonimato por razones de seguridad.

Hasta el momento, según explica La Prensa, no hay un proceso ni una acusación formal en su contra.

El día de su captura, también fueron detenidos otros sacerdotes y seminaristas que están actualmente en la cárcel de torturas El Chipote.

El 15 de septiembre el Parlamento Europeo aprobó por 538 votos a favor y 16 en contra, una resolución en la que exige la inmediata liberación del Obispo.