Fuentes de la Guardia Urbana señalaron a LA RAZÓN que la “inmensa mayoría de los delitos en Barcelona son cometidos por extranjeros, el 80%, y de ellos la mayoría son de menas (menores extranjeros no acompañados) magrebíes”. La ciudad es “insegura”, insisten.

“Recriminamos esa tolerancia, casi complicidad” del Ayuntamiento dirigido por Ada Colau en algunos asuntos. “Vemos que no se quieren ofrecer datos reales sobre quién o quienes están detrás de esta delincuencia”, vuelven a recriminar, y también incluyen a los saqueos de las fiestas de la Mercè. Tienen claro que “muchos de los saqueadores de comercios durante las fiestas” están estos menas, casi todos procedentes de Marruecos y Argelia.

Existe incluso la Asociación de Vigilancia Solitaria, un grupo de vecinos del Poble Sec que se dedica a denunciar, con imágenes y vídeos, los problemas de delincuencia en la zona. Sus últimas quejas hacen referencia a menas actuando contra turistas, pero van más allá, y apuntan a los “tcharmile”, vinculados a los Latin Kings (que aún existen, pero con menos presencia que antaño) y los Maras, procedentes de El Salvador, añade La Razón.

A estos jóvenes menas, dicen los vecinos, es habitual verlos por las Fuentes de Montjuïc, esperando presas fáciles de capturar, como turistas despistados

Esta sensación de inseguridad, explican fuentes del cuerpo policial, afectan a la gente que va a practicar deporte aprovechando la naturaleza que ofrece la montaña, todo un pulmón verde en la ciudad. También sucede lo mismo con las comunidades de vecinos del distrito. “Ellos mismos nos han trasladado estas sensaciones y problemas”, explican desde la Urbana, recoge La Razón.

No hace mucho tiempo, los Mossos d’Esquadra detuvieron e ingresaron en un centro de menores a un mena, que estaba tutelado por la Generalitat pero que va se salió del sistema, como presunto autor de 7 violaciones en Montjuïc y Poble Sec.

Las asociaciones de vecinos hablan incluso de prostitución forzada de chicas muy jóvenes por parte de estas bandas organizadas, y también de tráfico de drogas.

A estos jóvenes menas, dicen los vecinos, es habitual verlos por las Fuentes de Montjuïc, esperando presas fáciles de capturar, como turistas despistados y con la guardia baja, recoge La Razón.