Resumen de tertulias y entrevistas en radio y TV (23/01/2019)

En la SER, José Pablo Ferrándiz, investigador principal de Metroscopia, decía: "Estamos viendo de nuevo que hay una bolsa de votantes de izquierda que se sienten huérfanos". "Ciudadanos sale descolocado de esta última encuesta. Una parte importante de su electorado sigue sin ver con buenos ojos esta especie de pacto con VOX". "En el momento actual estaría cercano a los tres millones de votos. Lo lógico es que irá subiendo de modo más moderado. Pero se han estabilizado y eso es preocupante para el PP".

Pepa Bueno, en la SER, comentaba: "El alquiler en España vuelve a tener hoy las mismas normas que antes de la moción de censura: contratos de tres años y la fianza que quiera el casero.

Pedro Sánchez se ha encontrado con su “no es no”, pero esta vez en boca de su socio Unidos Podemos. Es muy poco habitual que a un gobierno le tumben un decreto ley, es una derrota seria.

Unidos Podemos ha preferido que no se arregle nada, que todo quede como estaba, si no se pone tope al precio del alquiler. El precio es que no se arregle nada.

El PSOE ha preferido no romper el molde de partido previsible en vez de actuar de forma más audaz en un asunto, el de la vivienda que en las grandes ciudades es, para muchos jóvenes, personas solas y familias, una emergencia. Que no pueden pagar el alquiler.

Y así estamos. Esta sí que es la pelea de fondo del centro a la izquierda: cómo resolver las discrepancias para cambiar las cosas".

En la SER, José María Izquierdo decía: "Podemos se ha cargado en el Congreso el decreto sobre alquileres que el Gobierno daba ya por aprobado. Varapalo, sí, porque es la primera vez que Sánchez sufre una derrota de este tipo, pero tampoco exageremos. Sobre todo porque al tiempo que los socialistas aprobaban otros siete decretos de interés social, recibía de Podemos la seguridad –rebajen ustedes varios puntos- de que su acuerdo sobre la aprobación de los Presupuestos seguía intacta. Pero está bien que los Gobiernos en minoría, y el de Sánchez es un ejemplo de libro, sientan en sus carnes la endeblez de los juncos que les sostienen en la poltrona. Hasta las comas hay que pactarlas, y si alguien se sale un milímetro de lo ya acordado se encontrará con el garrote del otrora amigo.

Pero el problema se ha agudizado tras la crisis Iglesias-Errejón, que deja muy tocado a Podemos y, por tanto, al Gobierno de Sánchez. No tanto en estos meses hasta las elecciones de mayo, que no son de esperar grandes movimientos telúricos, pero que han llevado a todos los analistas políticos –y los hay a cientos- a plantearse qué pasará tras esas municipales, autonómicas y europeas, y qué pactos serán entonces posibles, de acuerdo con los resultados que obtengan unos y otros. Ejemplo: ¿Sumará la izquierda para llegar a un acuerdo que les dé el poder en Madrid o Valencia?”.

En Onda Cero, Carlos Alsina señalaba: “Los taxistas de Madrid, sus asociaciones patronales, tienen derecho a presionar al gobierno autonómico para que ponga todos los obstáculos posibles a la actividad de Uber y Cabify, a lo que no tienen derecho es a sabotear la principal feria que se celebra cada año en Madrid, FITUR, el Salón del Turismo de un país cuyo primer sector económico es el turismo. Los taxistas pueden hacer huelga y no llevar pasajeros al Ifema, lo que no pueden es erigirse ellos en dueños y señores de los accesos a la feria. Es obligación de las administraciones —la municipal, la autonómica, la estatal— garantizar que a FITUR se pueda entrar y salir con normalidad esta mañana. Como es obligación de las administraciones garantizar que las vías públicas puedan ser transitadas: las calles, las avenidas y las autovías. Las manifestaciones se convocan y se pide la autorización correspondiente para ocupar la vía pública. Los cortes de carreteras por las bravas no son una manifestación, son una alteración del orden público. Y aquellos que se están reivindincando como servicio público no pueden convertirse, envueltos en la bandera de la defensa de sus intereses, en un desorden público. (...)

Si los VTC renuncian a operar en Barcelona o en Madrid, los taxistas conseguirán una victoria mucho mayor que la que nunca soñaron, pero a costa de que los conductores que se ganan la vida con los VTC se queden sin trabajo y de que un servicio demandado por miles de usuarios y que está presente en otras grandes capitales quede proscrito en España. A cuatro meses de unas elecciones municipales y autonómicas, el cálculo en el que están los partidos es donde hay más votantes en juego: si entre los taxistas o entre los VTC. Y sus clientelas respectivas”.

Rubén Amón, en Onda Cero, se preguntaba: "¿No corre la huelga prolongada de taxistas madrileños el peligro de demostrarles que ya no son imprescindibles?". "¿Y no es una frivolidad ponerse chalecos amarillos, incitar al desorden, aspirar a convertirse en la cabeza de lanza de una revuelta general?". ¿Y qué os resulta más llamativo del acuerdo alcanzado en Barcelona, que las VTCs decidan marcharse, que los taxis consigan garantías o que el Govern resulta que por fin gobierna? Lo cual no quiere decir que acierte".

"Podemos le tumba a Sánchez el decreto del alquiler. ¿Es una reacción coyuntural o el principio de la batalla electoral del partido morado contra el PSOE?. ¿Ha despertado la fuga de Errejón el letargo de Iglesias?".

"Mi tesis personal es la siguiente. Primero, Pedro Sánchez firmó un acuerdo con Pablo Iglesias que no sabía que no podía cumplir, primer error. Al no poderlo cumplir, Podemos encuentra el cielo abierto para tumbar el decreto: los pactos están para ser cumplidos. Segundo, Podemos se encuentra en situación delicada, con el riesgo de que todo su mensaje sea el caso Errejón, la crisis interna que parece creciente y la caída en intención de voto que denuncian las encuestas.

Tumbar ese decreto es una forma de desviar esos debates, adquirir protagonismo y marcar diferencias con el partido y el gobierno socialista, operación clásica de socios y aliados cuando llega un periodo electoral. Lo peor son las consecuencias. El mensaje de Podemos es leído en casi toda la prensa como un castigo o un aviso al gobierno.

No creo que Pablo Iglesias pretenda romper la mayoría surgida de la moción de censura, y así lo dijo la portavoz del grupo parlamentario. Pero sí veo claro otro efecto: Podemos le dice claro a Pedro Sánchez que no puede gobernar con decretos leyes o sin ellos sin contar con su apoyo en el Congreso.

Y para contar con su apoyo, tiene que asumir sus exigencias y condiciones y cumplir lo pactado. Ese es el mensaje de la votación de ayer. Dicho de una forma un poco brusca y quizá algo injusta: de aquí en adelante, quien gobernará será Podemos. No tendrá los ministerios ni firma en el Boletín Oficial, pero tendrá dos poderes: el de veto y el de imposición".

En la COPE, Fernando Jáuregui señalaba: “La gente tiene derecho a decir yo qué le he hecho, están perdiendo la batalla de imagen estrepitosamente los taxistas”. “Cuando hacen lo que hicieron a Rivera hace dos días”, “hay insultos”. “Creo que Ifema ahora mismo es un caos absoluto”.

Joaquín Leguina opinaba: “Esto no es una huelga, es un paro patronal, lo primero que hay que decir es la verdad, y el Estado está mirando para otro lado. Cómo es posible que no se pueda entrar en Ifema. ¿Dónde está la guarda civil?”.

Bieito Rubido destacaba: “El ministro Ábalos, que se borró de este conflicto pasándoselo a las ciudades, a los municipios, viene a demostrar el desgobierno en el que estamos ahora mismo en España. Lo palpamos en los taxis pero hay otros muchos aspectos”.